El presidente del PSE, Jesús Eguiguren, ofreció ayer en «El País» su personal visión del fallido proceso de diálogo resolutivo, en una entrevista en la que no aporta datos novedosos y se limita a hacer suyo el argumentario esgrimido por el Gobierno español respecto a este tema.

Eguiguren, reconocido como uno de los principales interlocutores en el proceso, apunta a este respecto que el proceso falló porque «a ETA le entró el vértigo del final de la violencia». De hecho, preguntado por los errores cometidos por la parte que él representaba, el dirigente del PSE asegura que «no soy consciente de haber cometido errores de calado». «El Gobierno llegó al borde del precipicio para intentar salvar el proceso a riesgo de su propio desgaste -sostiene-. Por eso siguió hasta despejar todas las incertidumbres. E incluso después del final».

Siguiento su exposición, Eguiguren revela que tras el atentado de la T-4, el 30 de diciembre de 2006, el entonces primer ministro británico, Tony Blair, y el líder de Sinn Féin Gerry Adams, «pidieron al Gobierno que escuchara a ETA», aunque no aborda lo acontecido en las reuniones de mayo de 2007.

«De acuerdo» con Rubalcaba

El presidente del PSE se refiere también al papel desempeñado por el ministro de Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, y valora que «hizo lo que tenía que hacer: intentar terminar con ETA por esa vía si era posible, aguantar lo que se pudiera, llegar hasta el final y echarle valor». Y concluye de forma rotunda que «en el PSE estamos totalmente de acuerdo con él».

En la entrevista, Eguiguren también se muestra contrario a derogar la resolución parlamentaria que faculta al Gobierno español a dialogar con ETA, tal como reclama el PP.