Al menos 22 personas, entre ellos varios niños, murieron ayer como consecuencia de los combates entre milicianos chiíes y soldados de EEUU en Bagdad, donde el Gobierno ha hecho un llamamiento a que se desmantelen todas las milicias. El número de heridos asciende a más de 50.

En estos combates tomó parte la milicia del líder chií Moqtada al-Sadr, el Ejército de al-Mahdi, y tuvieron lugar en Medina al-Sadr, un barrio de mayoría chií al nordeste de Bagdad y se registraron después de los enfrentamientos que provocaron 700 muertos entre el 25 y el 30 de marzo en Basora y en Bagdad.

Helicópteros Apache de EEUU abrieron fuego contra numerosos «objetivos terrestres». El sector fue bloqueado por el Ejército estadounidense, que prohibió la circulación de automóviles en toda Medina al-Sadr.

Por la tarde, uno de los principales mercados de Medina al-Sadr fue pasto de las llamas. El Ejército de EEUU instaló su puesto de mando en las inmediaciones. Tras ser alcanzados por un cohete, el fuego se propagó a numerosos comercios, mientras que los francotiradores estadounidenses impedían que se sofocara el incendio, según relataron testigos presenciales.

Comparecencia en Washington

Estos enfrentamientos se producen dos días antes de que comparezcan en el Senado de EEUU el embajador en Bagdad, Ryan Crocker, y el comandante en jefe de las tropas acantonadas en Irak, el general David Petraeus, para realizar una evaluación de la situación en el país árabe. Se espera que ambos anuncien una suspensión de los planes de repliegue de los soldados estadounidenses en Irak.