GARA > Idatzia > Txirrindularitza

Tour de Flandes

Stijn Devolder celebra la primavera con los suyos

El flamenco, que se había adjudicado la prueba como juvenil, recorrió en solitario los últimos 25 kilómetros

p044_f01_191x116.jpg

A.U.L. | EIBAR

Flandes y las Árdenas, Bélgica y Holanda, cumplen con su cita anual y celebran la llegada de la primavera con la disputa de algunas de las mejores pruebas del calendario.

Entre las grandes, y tras algunas carreras de rodaje, el Tour de Flandes volvió a dar ayer el pistoletazo de salida. Y probablemente ni organizadores, ni aficionados, ni siquiera el vencedor, pudieron imaginar que resultase de mejor manera. Porque la prueba flamenca se quedó en casa, en manos de un Stijn Devolder que, para mayor alegría, cruzó la línea de meta de Meerbeke envuelto en el maillot de campeón belga, tras haber dejado a los grandes favoritos 25 kilómetros antes. Otro flamenco como Tom Boonen -vencedor de la prueba en 2005 y 2006-, compartió laureles con su compañero; no llegó a pisar el podio pero, aún demostrando ser, posiblemente, el hombre más fuerte de la carrera, supo aguantar atrás, manteniendo la atención del resto de candidatos.

La prueba cumplió con todos los requisitos de estas clásicas: recorrido -incluyendo el regreso del Koppenberg-, muchísima pelea y una climatología que endureció aún más la jornada, con viento, frío, lluvia y hasta nieve. El desarrollo tampoco se saltó el guión. Con el primero de los 17 muros del día, llegó también el primer intento serio de fuga, a cargo de Tombak, Veelers, Renders y Jerome. Su ventaja llegó a sobrepasar los dos minutos, pero tuvo siempre fecha de caducidad. O, más exactamente, lugar: el Koppenberg, donde se desataron las hostilidades entre los corredores más fuertes. 700 metros de adoquín, con pendientes que alcanzan el 22%, y en los que Devolder ya se postuló como candidato, al coronarlos en cabeza.

Se recorrerían aún, de todos modos, otros treinta kilómetros antes de que se formase la fuga definitiva, con los dos últimos vencedores Ballan y Boonen, Flecha, Gilbert, Cancellara, Spilak, Nuyens, Kroon, Hincapie, Langeveld y el propio Devolder.

Estos cuatro volvieron a arrancar mientras, por detrás, pequeños grupos se reunían y deshacían sin solución de continuidad. Con Tom Boonen, que se había mostrado fortísimo en todos los muros hasta entonces, guardando las espaldas de su compañero, el resto de perseguidores apretó para cazar al cuarteto, pero Devolder se les escapó de entre los dedos.

Con 25 kilómetros, incluídos el mítico Kapelmuur y el Bosberg por delante, el corredor flamenco tuvo que exprimir sus dotes de contrarrelojista para mantener una ventaja que nunca superó los veinte segundos respecto a un grupo de perseguidores, que no se resignó. Poco faltó, de hecho, para que le atrapase en los últimos kilómetros Juan Antonio Flecha, pero la tradición se cumplió y, tras haber pasado en cabeza ante la ermita de Kapelmuur, Devolder no permitió que nadie le arrebatase el triunfo.

«Nunca había sufrido tanto, pero ha merecido la pena», reconocía un emocionado Devolder. El campeón belga -que ya se había adjudicado esta prueba en categoría juvenil- sumó su tercera victoria de la temporada, tras haberse impuesto en una etapa y la general final de la Vuelta al Algarve y confirma a Quick Step como el equipo más laureado hasta el momento.

REQUISITOS

Fue una clásica flamenca con todas las de la ley: recorrido -incluyendo el regreso del Koppenberg-, dura climatología y muchísima pelea entre los candidatos a la victoria.

CONTRARRELOJ

Stijn Devolder tuvo que exprimir sus dotes de contrarrelojista para mantener en los últimos 25 kilómetros una ventaja que nunca superó los veinte segundos.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo