David Belda inscribió ayer su nombre en el palmarés del Memorial Valenciaga, al adjudicarse la 37ª edición de la prueba .

Un triunfo que el corredor alicantino celebró con especial alegría, por numerosos motivos. Para empezar, porque se desquitaba del larguerazo de hace dos años, cuando llegaba a Eibar en segundo puesto. También por cómo se produjo, porque la montaña configuró la prueba, pero el triunfo hubo que disputarlo al esprint. Y, sobre todo, porque este segundo éxito en la Copa de España -el anterior también lo logró en Euskal Herria: en la Aiztondo Klasika- le permite reforzar su ilusión por regresar al campo profesional, después de que esta temporada haya tenido que recalificarse junto a todo el Fuerteventura- Canarias, uno de los numerosos perjudicados por la lamentable situación que vive el ciclismo.

Como es habitual, los 163,2 kilómetros del Valenciaga se dividieron en dos partes. La primera, aproximadamente hasta Elgeta, para dar oportunidades a valientes en busca de la sorpresa o, cuando menos, del protagonismo; la segunda, con Ixua como juez, para que los favoritos se batiesen el cobre.

Y el guión se cumplió porque en Itziar, primer puerto de la jornada y con apenas veinte kilómetros recorridos, el pelotón sufrió su primera fractura. Larrea (Azpiru), Sagastibeltza (Lizarte), Baños (Cantabria), Llanos (Ciudad de Oviedo), Moreno (Avila Rojas), Mas (Saunier) y Gabriel Hernández (Fuerteventura), saltaron para hacerse con la cabeza de carrera durante un centenar de kilómetros, en el que llegaron a alcanzar una ventaja máxima de 3'45''. El fin de su aventura comenzaba a fraguarse en Elgeta, cuando Murgoirio (Baqué), Tamayo (Azpiru) Balles (C. Valenciana) y Belda (Fuerteventura) saltaban por detrás, rompiendo el pelotón y preparando la carrera para su resolución final.

Doble intento

En Ixua, cuando ya sólo los más fuertes aguantaban delante, Belda volvió a aprovechar sus dotes de escalador para marcharse, llevándose consigo a un peligroso compañero, un Andrey Amador deseoso de celebrar su recién firmado contrato con Caisse d'Epargne, además de Ismael Esteban (Baqué) y Antonio García (UPV), y con otro pequeño grupo a escasos segundos. En San Miguel, Belda volvió a probar y esta vez sólo pudo seguirle Amador. Ambos alcanzaron las calles de Eibar con una ventaja mínima, aunque suficiente para jugarse la victoria en un mano a mano final: amagó primero el costarricense, pero fue el contraataque de Belda, con más sangre fría en este último tramo, el que le permitió levantar los brazos para celebrar un triunfo por el que había peleado a lo largo de toda la carrera.