Los nadadores vascos tendrán que esperar a junio para ver si suena la flauta y consiguen esas mínimas olímpicas que les permitan acudir en agosto a los Juegos de Beijing. En el Open de España, que ayer concluyó en Palma de Mallorca, han perdido una magnífica oportunidad y ahora deberán pensar en las reuniones del circuito Marenostrum para intentarlo de nuevo.

La piscina Son Hugo ha prolongado la fiesta de primavera que varios de los íntegrantes de la selección española iniciaron en Eindhoven. Ni Arantxa Ramos, ni Borja Iradier salieron tan reforzados de la cita holandesa. El Speedo LZR Lacer, el último bañador rápido que la vizcaina y el guipuzcoano vistieron en Eindhoven, no produjo el milagro. Ninguno de los dos consiguió las ansiadas marcas y el zarauztarra, además, vio como Melquíades Álvarez le arrebataba el récord estatal de 100 metros braza.

Así que volvieron a encontrarse en Mallorca y Borja se llevó el oro por sólo 16 centésimas, aunque se quedó a 40 del objetivo olímpico. La pelea por las plazas es cosa de dos. Álvarez está acreditando mejores registros porque en Eindhoven se quedó a 3 centésimas de la mínima pero, tanto Iradier como Álvarez, han andado cerca. Maurizio Coconi, director técnico de la Federación Española, debería de llevarse a ambos por ser tan sólo eso, cuestión de centésimas.

Iradier viaja ahora a Manchester, sede de miércoles a domingo de los Mundiales en piscina corta -25 metros-, una cita en miniatura que se celebra cada dos años y cuya primera edición se realizó en 1993 en Palma, el lugar que estos días ha acogido alegrías y decepciones. Arantxa Ramos, la única nadadora vasca en los Juegos de Atenas'2004, ha vivido un torneo para olvidar.

Ilune Gorbea, la tercera aspirante a Beijing, ha tenido las dos sensaciones. Alegría por sus dos bronces, el de 50 novedoso, y decepción por el 200. La irundarra del Easo había apostado por esta última, pensando también en el relevo 4x200, pero fue quinta en la prueba individual y deberá seguir trabajando.

Un bañador con historia

Con el Speedo prestado por la holandesa Marleen Veldhuis, que con la misma prenda batió en Eindhoven un reciente y efímero récord mundial de los 50 libre de cinco días de duración, Gorbea se tiró por la calle 2 pensando en Beijing y marcando la referencia en el primer 50.

Al lado, por la 3, Melanie Costa conseguía alcanzarla en el 100. La irundarra se vino abajo y cuando casi iba en última posición en el tercer largo comenzó a remontar hasta el quinto puesto mientras Costa lograba la única mínima olímpica, de momento, de una distancia con más novias.

Los vascos han cosechado 9 medallas individuales. A los dos oros de Iradier -50, con récord de campeonato y 100 braza- hay que añadir las de Eider Santamaría, campeona en 1.500 libre. La laudiotarra del Bidasoa aprovechó la ausencia de Erika Villaecija en la prueba de fondo para colgarse el oro. Un día después se quedaba a las puertas del podio en el 400 y clausuró el certamen ayer con la plata en 800 libre (8:43.67) y por detrás de Villaecija, la catalana de referencia que sigue en racha.

También el guipuzcoano Alvaro Vicente ha sacado rendimiento a las distancias largas, con la plata en 800 y el bronce en 1.500. Ane Saseta obtuvo la plata en 50 espalda (29.67). La irundarra del Bidasoa retornó ayer a un podio que conoce de sobra. Gorbea completa la lista de medallistas con sus dos bronces en 50 y 100 libre.