Schulz-Dornburg exhibe en Bilbo su obra como fotógrafa del símbolo
La sala BBK inauguró ayer la muestra fotográfica «Ursula Schulz-Dornburg: Presencia y ausencia», dedicada a la obra de la creadora alemana. Comisariada por Kosme de Barañano, la selección contiene imágenes tomadas en lugares de culto de Birmania y el Pirineo.
Izaskun LABEAGA | BILBO
La exposición está compuesta por imágenes de distintas épocas en la trayectoria profesional de Schulz-Dornburg (Berlín, 1938). Un grupo pertenece a una serie dedicada a las estatuas de Buda tomadas en Birmania. Son piezas muy deterioradas, que nos hablan del paso del tiempo y del abandono del patrimonio.
Las fotografías fueron tomadas en 1977 en la meseta de Pagan, un altiplano salpicado de templos budistas construidos diez siglos atrás. En un viaje a la zona, Ursula Schulz-Dornburg fotografió el paisaje, los templos y 25 estatuas de Buda, muchas de ellas mutiladas. La fotógrafa documenta «el desastre cultural» que supone la desaparición de este patrimonio escultórico y registra el «sentido del tiempo».
El silencio es un elemento más de la composición. Ursula Schulz-Dornburg retrata un «vacío vivo», en palabras del Kosme de Barañano, comisario de la exposición.
Tampoco hay presencia humana física en la otra serie, la dedicada a las ermitas, en las que la luz juega un importante papel. Schulz-Dornburg devuelve a estas pequeñas iglesias su consideración de calendario, de guía astronómica, según la ciencia agraria árabe.
La situación se repite en todas las piezas: la luz penetra por la ventana absidal y se apoya en la mesa de altar, un sencillo rectángulo construido en piedra sin decoración alguna.
La fotógrafa tomó estas imágenes en 1991 en el Pirineo, a lo largo del Camino de Santiago. Son sencillas construcciones, sin ornamentación, en las que, otra vez, queda de manifiesto el estado de abandono de los bienes culturales.
Como contrapunto a estas dos series, la exposición presenta dos imágenes de paisaje recientes. ``Trinity'' es un trabajo sobre una fotografía documental que se refiere a la primera explosión nuclear, llevada a cabo en el desierto Jornada del Muerto en 1945. El otro protagonista es el monte Ararat, en Armenia.
La creadora se define a sí misma como «militante del blanco y negro», ya que considera que trasmite mejor las ideas. Sigue fiel a la fotografía analógica, a la que encuentra mejores posibilidades que a la digital.
Lugar: Sala de Exposiciones BBK, Gran Vía 32.
Fecha: Del 22 de abril al 31 de mayo.
Comisario: Kosme de Barañano.