ELA: «PNV y EA tienen un plan de acoso y derribo contra el sindicalismo»
ELA encara el próximo Primero de Mayo con un modelo sindical que goza de «buena salud» y dos adversarios frente a los que defender los derechos de los trabajadores, la patronal y la propia Administración. De hecho, acusa directamente a los responsables de PNV y EA en el Gobierno de Gasteiz de compartir una estrategia de «acoso y derribo» contra el movimiento sindical, porque su actuación «le molesta».
Nerea GOTI |
El sindicato ELA presentó ayer los actos que centrarán la celebración del Primero de Mayo e hizo una lectura del contexto sociolaboral y político en el que el movimiento sindical afronta esa efeméride. La central señaló que ese contexto está marcado por una patronal que se sabe «impune» y una Administración que no sólo «mira hacia otro lado» en lugar de defender los derechos laborales de los trabajadores, sino que además comparte una estrategia «de acoso y derribo» contra el movimiento sindical.
El secretario general de ELA, José Elorrieta, citó expresamente a los máximos responsables de PNV y EA en el Gobierno de Gasteiz como responsables de esa estrategia y destacó que actuaciones como la del Tribunal Vasco de Defensa de la Competencia no son sucesos aislados, sino que obedecen a un plan «común y compartido», en «un momento de escalada del poder político contra el movimiento sindical», porque están «cada vez más incómodos cuando se cuestionan sus políticas».
De hecho, ELA se detuvo en lo que consideró el último ataque de ambas formaciones del Ejecutivo de Lakua, «de momento», en referencia al expediente abierto por el tribunal de la competencia -sobre el que incidió en que no es un órgano independiente, sino supeditado a Lakua- y recordó el embate del mismo órgano contra el sindicato Hiru, sobre el que pesa una amenaza de multa de un millón de euros.
Elorrieta insistió en que incluso los «neoliberales» se han sorprendido por la política de Lakua en materia laboral y social y añadió que se han convertido en «pirómanos sociales», que «atacan indiscriminadamente» a los sindicatos. «El problema de este plan es que parece que no tenga límite», afirmó el veterano dirigente de ELA, quien agregó que «el único precedente en Europa» de esta política es «la epoca de Margaret Thacher».
El secretario general adjunto de ELA, Adolfo Txiki Muñoz, ahondó en lo que representa la política de la Administración en materia laboral y aludió a dos casos en particular, el conflicto que viven las trabajadoras de la residencia Faustino Orbegozo, de Zumarraga, y el de los trabajadores despedidos por Arteche en Mungia.
Explicó que en la residencia citada la plantilla está compuesta por mujeres, «las mismas que salen en los carteles del 8 de marzo» de las diputaciones, y la diputada de Bienestar Social, que también es mujer «les está tratando muy mal». Según agregó, en este caso las trabajadoras ni siquiera piden mejoras, sino que les dejen como están. Por lo que respecta a Arteche, destacó que la empresa ha perdido sentencias que reconocen la cesión ilegal de trabajadores a la empresa de servicios Manpower, «para ganar 10.000 euros menos al año y trabajar 100 horas más» y su respuesta ha sido «despedir uno por uno a esos trabajadores».
Txiki Muñoz incidió en que «el fraude es impune» y remarcó que estos son dos ejemplos muy significativos de lo que está pasando».
Además, indicó que las instituciones son responsables de las condiciones laborales que se imponen a partir de su política de subcontratación y valoró que «quieren imponer y que no se note».
«El poder político no admite que le lleven la contraria», consideró Muñoz, quien añadió que parte de la estrategia común de la que acusan a los partidos políticos con responsabilidad en el ámbito laboral, PNV y EA, tiene que ver con coartar el derecho a la huelga.
ELA estima que existe, asimismo, una estrategia de criminalización de figuras como la de los piquetes y critica en particular la actuación del Tribunal vasco de Defensa de la Competencia. Señaló, así, que «llama la atención» que ese órgano vaya al Parlamento de Gasteiz «a decir a los parlamentarios que lo que tienen que hacer es liberalizar horarios de apertura en domingos y festivos».
La central sindical entiende que «el tribunal es un ariete que persigue facilitar las actuaciones del Gobierno» y resalta que los juristas que han consultado «se han asustado» ante la actuación de la Administración.
ELA criticó que la receta ante la recesión sea siempre moderación salarial, reducir impuestos al capital y bajar el gasto social y destacó que el problema de los salarios es que han perdido peso en el reparto de la riqueza.
ELA anunció que los actos centrales del Primero de Mayo arrancarán a las 11.30 horas en Bilbo, en el Sagrado Corazón, con un mitin, tras el que se iniciará una manifestación hasta la Plaza Circular. Después delegados y simpatizantes están citados en una comida-fiesta que tendrá lugar en el BEC.
Con respecto a esa señalada fecha, el secretario genera adjunto del sindicato, Txiki Muñoz, subrayó que «el 1 de mayo tiene plena actualidad para quienes trabajamos en un mundo injusto y quienes entendemos que el conflicto que existe entre los que deciden cómo tienen que ser las cosas y quienes defendemos a la gente que está mal, porque tenemos mucho trabajo por delante para hacer frente a eso». Insistió en la necesidad de organización de la clase trabajadora, mientras el secretario general, José Elorrieta destacó la buena salud del sindicalismo, sobre todo de aquél «con un perfil más reivindicativo».
Así, tomando como base los resultados de una encuesta reciente de opinión sobre la actividad sindical, señaló que mientras un 43% se manifiesta de acuerdo con el movimiento sindical, sólo un 23% tiene la misma opinión sobre los partidos políticos. Incidió en que cuanto más joven, mejor es la opinión sobre los sindicatos y subrayó que la tasa de sindicación en Euskal Herria es del 29%, por encima de la media europea.
A partir de esos datos, Elorrieta aseguró que «vamos al Primero de Mayo con optimismo y confianza» y subrayó la importancia de dar una respuesta unitaria a ataques como el del tribunal de la competencia.
Langileenak edo laborarienak izan, sindikatu gehienetako ordezkariek ez ohiko agerraldia egin zuten atzo Baionan, «ekintza sindikala azkenaldi honetan jasotzen ari den erasoa» salatzeko. Kako baserriaren aferan, hainbat laborarik jasotako zigorraren ondotik, ELBk egindako deiari erantzun zioten Akitaniako Confederation Paysannek, EHNEk, Modef-ek, Itsas Geroak (arrantzaleak) eta CFDT, FO, LAB, Solidaires eta UNSA langileen sindikatuek. CGTkoak «salaketaren mamiarekin ados izan arren», ez ziren bertaratu LAB dagoen ekimenetan ez duelako parte hartzen.
ELBko Christian Harluxetek adierazi zuen Kakoren kasuan gertatutakoa «onartezina» dela: «Laborariok haserre bizian gaude bidegabekeria honekin. Ekintza sindikala kriminalizatzeko borondatea agerian uzten du epaileen erabakiak eta, gure ustez, demokraziaren kontrakoa da».
Elkartasuna adierazi dioten sindikatuetako ordezkariek bat egin zuten laborarien kezkekin. Horrela, berea «arrantzarekin zerikusia duen sindikatua izaki ere, arazo bertsuak» dituztela esan zuen Itsas Geroakoak. Solidaires-ekoak, berriz, eraso horiek Medef patronalaren eta Gobernuaren politika liberalaren ondorio direla eta, beraz, denek elkarrekin aurre egiteko premia dagoela adierazi zuen. Antzeko hitzak erabili zituen LABekoak: «Sarkozyren politika emeki-emeki askatasun sindikala murrizten ari da eta sindikalismoak egun ilunak bizi ditu, haientzat arriskutsua baita».
CFDTko Mixel Larraldek gaineratu zuen, «errazegia dela beren eskubideak defendatzen dituztenen artean, batzuk hartu eta errepresioaren zama gainera botatzea. Guk ere, lantegietan, gero eta errepresio handiagoa sentitzen dugu». FOkoak, «40 urte geroago, «2008ko maiatza»» egiteko beharra aipatu zuen.
Tresna eta askatasun sindikalen defentsa izango da maiatzaren 1eko deialdiaren karietara aldarrikatuko duten ardatzetako bat. Hain zuzen, «ez ohikoa bada ere», laborariak langileekin batera karrikaratuko dira Baionan egun horretan.
ELA considera que hay una estrategia para atacar derechos como el de huelga, a través de los servicios mínimos que se decretan, y que incluye la «criminalización» de figuras como la de los piquetes.
