La pesadilla de Carlos Gurpegi llega a su fin. La sanción de dos años al jugador de Andosilla expira hoy y el navarro volverá a vestirse de corto en un partido oficial con el Athletic el próximo domingo en el Santiago Bernabéu. Tal y como confirmó Joaquín Caparrós después del encuentro ante el Valencia.

El conjunto bilbaino recuperará así a quien fue definido por Ernesto Valverde como «el jugador que más se asemeja al ideal de lo que debe ser el Athletic». Y es que su trabajo sobre el césped, su derroche de casta, la nobleza de su juego y su cercanía hacia la gente le han convertido en todo un referente del club.

Gurpegi debutó con el primer equipo rojiblanco el 31 de marzo de 2002 en El Madrigal, con derrota bilbaina por 5 a 2. Aquel día, tal vez el más importante de su carrera hasta entonces, no imaginaba que su trayectoria deportiva quedaría marcada poco tiempo después por un positivo. La fecha fatídica para el de Andosilla llegó el 1 de setiembre en Anoeta. Curiosamente, ese día Gurpegi anotó los dos goles del Athletic ante la Real. Una vez finalizado un encuentro marcado por el calor, el navarro pasó el control antidopaje.

Nada hacia presagiar lo que sucedería después. El 10 de diciembre el Athletic informó de que el navarro había dado «valores de 19-norandrosterona superiores a los considerados fisiológicos en el control realizado el día 1 de setiembre». Esa misma semana, el entonces Secretario de Estado para el Deporte en el Estado español, Gómez Angulo, pidió «una sanción ejemplarizante» para el navarro.

En cambio, Cecilia Rodríguez, la principal responsable del Laboratorio Antidopaje de Madrid, admitió que dicha instalación soportó «una excesiva carga de controles durante el mes de setiembre». Asimismo, se conoce el frasco donde estaba la prueba no fue inmediatamente introducida en un frigorífico y que pasó por Valladolid antes de llegar a Madrid.

El Athletic, a través de Sabino Padilla, inició la defensa del jugador tratando de demostrar que Gurpegi produce dicha sustancia de forma endógena. Así, se efectuaron diversas pruebas al de Andosilla apoyadas por la Universidad de Extremadura. En febrero, Padilla da a conocer dichos resultados y explica que el jugador «no ha tomado ninguna sustancia prohibida».

A partir de entonces, se desató una campaña contra el club por parte de algunos medios. Mención especial para José Ramón de la Morena , que con un estilo muy vulgar atacó al jugador, al médico, al director deportivo Zubizarreta o a Alkiza. A Padilla le señaló como responsable del caso y a los dos últimos como impulsores de que los jugadores no hablasen con la Cadena Ser.

Paralelamente, Gurpegi vio como su caso pasó por los diferentes comités, que le impidieron jugar en unos casos y le permitieron hacerlo en otros. Pero todo quedó marcado por la decisión de Competición en mayo de 2003 de sancionarle para dos años. Fue la hora de los recursos primero y de la justicia ordinaria después. Un tiempo en el que el navarro pudo seguir jugando, pero donde la sombra de la sanción nunca de alejó de él.

El 31 de julio de 2006 llegó el golpe definitivo. La Audiencia Nacional española no aceptó el recurso de la defensa del jugador ante la sanción de dos años y le quitó el permiso de jugar. Sentencia confirmada por el Tribuna Supremo el 18 de diciembre de ese mismo año.

Sus compañeros le han apoyado siempre -el brazalete verde que han lucido en todos los partidos en los que ha estado ausente así lo atestigua- y la afición le ha seguido teniendo como uno de sus ojitos derechos. No obstante, él lo ha pasado pasado mal. Los primeros momentos fueron difíciles y admite que «ha sido algo muy duro para mí y para mi familia». A pesar de ello, en declaraciones a GARA aseguraba que «yo tengo la conciencia muy tranquila, sé que en Euskadi, sobre todo en Bizkaia, me quieren mucho y lo que pase fuera no me preocupa demasiado».

Respecto al porqué de su caso también fue claro. Según sus palabras, «desde el principio he tenido claro que buscaban una cabeza de turco. He visto que estaba en el momento menos preciso en el lugar menos adecuado. El día siguiente a mi positivo, el secretario de Estado, Gómez Angulo, dijo que tenía que haber una sanción ejemplar. Con análisis capilares y diversas pruebas hemos conseguido hacer ver que no consumí nada, pero todo ha sido en balde».

Por ello, añadió que «creo que desde el primer día esta sanción estaba predispuesta a sentar precedente y así lo han hecho. Fíjate, está el tema de darnos los análisis con tres meses de retraso, que al bote le sacaron cinco muestras diferentes, todo hace qué te preguntes, ¿por qué yo, si sólo quiero jugar a fútbol?».

Llega la hora del desahogo

Al igual que aseguró Sabino Padilla recientemente en Euskadi Irratia, Gurpegi también ha manifestado en las últimas fechas que cree «en la teoría de que mi propio cuerpo la produce, aunque a niveles bajos porque en anteriores controles andaba rozando los límites y si doy de nuevo positivo considero que la Federación no lo sacaría a la luz porque sería una prueba evidente de que se han equivocado, de que he pagado un castigo que no me correspondía y de que no han sido justos conmigo». En este sentido, sentencia que «no lo sacarían porque entonces nos deberían muchas disculpas a mí y a mi familia. Pero después de todo esto, ya no me fío de nadie».

La semana pasada, el Athletic organizó un entrenamiento en Portugalete frente al equipo local. En el mismo, el de Andosilla acabó marcando el tanto que dio la victoria a los de Caparrós. Al final de la sesión, el navarro compareció ante los medios. Consciente de que encaraba ya la recta final de su sanción, aseguró que en cuanto vuelva a jugar «me quitaré toneladas de peso de encima».

Un desahogo que se producirá el domingo en Madrid. Una cita donde deberá canalizar bien la ansiedad y el esfuerzo para ser el de antes. Durante la sanción se ha cuidado muchísimo para así poder retornar en las mejores condiciones físicas posibles.