Fernando Grande-Marlaska decretó anoche prisión incondicional contra Aitor Alberdi, Aitor Franco, Iosu Arruabarrena, Xabier Lujanbio y Harkaitz Antza, a quienes acusa de un deli-to de «integración en banda armada por su presunta respon- sabilidad en acciones de kale borroka». Para Alex Etxeberria, Haizea Iriarte, Beñat Burlada y Gorka Etxeberria dictó prisión eludible bajo fianza de 6.000 euros para el primero y 3.000 para los restantes; fueron enviados a la cárcel madrileña de Soto del Real hasta que abonen los respectivos avales. El oiartzuarra Ion Otxoa, por su parte, quedó en libertad sin fianza.

Los diez detenidos en la madrugada del viernes por la Policía española en Oarsoaldea comparecieron durante la jornada ante el magistrado de la Audiencia Nacional española. Pese a que estaba previsto que empezaran a pasar por su despacho por la mañana, no lo hicieron hasta bien entrada la tarde. Y lo hicieron sin la asistencia de sus abogados de confianza.

Otxoa, el único que quedó en libertad, contó con el respaldo de un total de 80 vecinos de Oarsoaldea que aguardaban en las inmediaciones de la Audiencia Nacional.

Horas antes de que los diez jóvenes arrestados el viernes comenzaran a comparecer en el tribunal especial, la Policía española volvía a irrumpir en Oarsoaldea apresando a dos jóvenes más. Desde Askatasuna, sin embargo, se precisó que el operativo perseguía el arresto de un total de once personas, pero nueve de ellas no se encontraban en sus viviendas cuando irrumpieron los agentes.

La organización antirrepresiva confirmó las identidades de los detenidos, que son Gaizka Ibeas e Iker Iraola, oreretarras de 27 y 26 años, respectivamente. Asimismo, explicó que en Errenteria fueron registradas cuatro viviendas más; en Oiartzun otras tantas y una más en Lezo, en concreto en las inmediaciones de Gaintxurizketa.

Grande-Marlaska ya había decretado por la tarde el secreto de sumario sobre la redada, anunciando que no va a hacer público el auto hasta que interrogue a los dos detenidos en la madrugada del lunes, Iker Iraola y Gaizka Ibeas.

Nada se pudo confirmar ayer en torno al paradero y estado de los últimos detenidos, ya que, al igual que a los diez arrestados el viernes, se les ha aplicado el régimen de incomunicación. No obstante, las agencias aseguraban que iban a ser trasladados a las dependencias de la Comisaría General de Información en Madrid para ser puestos a disposición del Juzgado Central de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional.

Allegados de uno de los jóvenes al que la Policía no llegó a arrestar señalaron a GARA que la irrupción en el domicilio se produjo pasadas las 4.00, que se prolongó por espacio de cinco horas y que el registro se realizó «minuciosamente». Detallaron que escudriñaron página a página todos los libros encontrados y que examinaron todas las habitaciones de la casa.

El Ministerio de Interior español se apresuró a confirmar que esta operación, autorizada por el Juzgado Central de Instrucción número 3 del tribunal especial, es continuidad de la desarrollada el pasado viernes en Orereta, Oiartzun y Arrasate.

Las agencias de información precisaban que además de ser llevada a cabo por la Brigada de Información de la Comisaría Provincial de Gipuzkoa de la Policía española, la operación contó con la colaboración de las brigadas provinciales de Informa- ción de Gasteiz y Bilbo. Lo que podría explicar la «desmesurada» presencia policial que padece la comarca en los últimos días, según han relatado a este diario varios vecinos.

Como en la mayoría de los operativos de este tipo, las agencias se limitaron a citar el listado de sabotajes con los que pretenden implicar a los jóvenes. Llegaron a destacar que la «misión» de los apresados era «la realización de atentados mediante la confección y lanzamiento de artefactos explosivos e incendiarios» contra un sinfín de objetivos.

También se refirieron al material supuestamente incautado en los registros, entre el que destacaban material informático, pegatinas y DVDs de Segi, una garrafa con líquido inflamable y pasamontañas.

El ministro de Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, compareció ante los medios de comunicación para congratularse de la «importantísima» operación y sentenció que este tipo de actuaciones van destinadas a «evitar que ETA se reproduzca, que su cantera fluya».

Con las dos de ayer, ya son 17 las personas arrestadas en los últimos cinco días en torno a este operativo. El viernes fue-ron 13 los jóvenes arrestados por parte de la Policía española, aunque tres de ellos, compañeros de piso de Iosu Arruabarrena en Arrasate, fueron entregados a la Ertzaintza por protestar por la irrupción policial y puestos en libertad a última hora del mismo día.

El sábado, cuando pretendían ofrecer una rueda de prensa para denunciar lo acaecido la víspera, la Ertzaintza arremetió en Errenteria contra las decenas de personas congregadas para la comparecencia, llegando incluso hasta disparar fuego real en dos ocasiones. El suceso se tradujo en varias decenas de contusionados y dos personas, de 59 y 63 años, arrestadas. Una de ellas tuvo que pasar 24 horas ingresada en el Hospital Donostia al tener «marcas por todo el cuerpo y dolor al respirar». Los dos errenteriarras quedaron libres el domingo e interpusieron sendas demandas contra la Policía autonómica.

A los registros practicados durante la madrugada de ayer hay que sumar los llevados a cabo el mismo viernes, cuando, además de viviendas, la Policía española entró en el gaztetxe de Oiartzun, en la herriko taberna Landare y en otro local de Orereta, además de en el de Ibai-Ondo en Lezo. Las agencias de información españolas indicaban los registros practicados ascendían a la treintena.