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Cuarto asalto baskonista a la final Four

Baskonia y CSKA Moscú, fidelidad y devoción por la final a cuatro

Tras Moscú, Praga y Atenas, Madrid será el cuarto escenario en el que CSKA y Tau Baskonia volverán a refrendar su obstinación por hacerse con el máximo cetro europeo del baloncesto. Por cauces muy distintos, rusos y vascos se han convertido en habituales de estas citas. No en vano, son los dos equipos que más participaciones consecutivas han logrado y los gasteiztarras esperan que, como les pasó a los moscovitas en 2006, el cuatro sea el número mágico.

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Jon ORMAZABAL | GASTEIZ

Dicen que la obstinación es una de las virtudes/defectos de los vascos y si el Baskonia no termina de alcanzar el título de la Euroliga, no será por no haberlo intentado. Y es que, siguiendo los pasos del CSKA, que en Madrid sumará su sexta participación consecutiva en una Final Four, récord absoluto desde que la FIBA decidiera tomar prestado el formato de la NCAA en 1988, los gasteiztarras son el segundo equipo en este apartado, quizá no lo suficientemente valorado. En este escalafón, quedan por detrás equipos como el Barcelona, Jugoplastika, Maccabi y el aún hoy vigente campeón Panathinaikos con tres presencias ininterrumpidas.

Tras varios intentos fallidos, incluida una Final Four como anfitrión, la vía de la constancia fue la que terminó dando el título al CSKA en Praga en 2006, al cuarto intento, y en Gasteiz se sueña con seguir el mismo camino, con el aliciente de que conoce todos los puestos posibles en este torneo salvo ese primero que lo puede llevar, siguiendo la frase castiza, de Madrid al cielo.

Pero al margen de las instituciones, hay jugadores y técnicos que conocen muy bien todos los secretos de este tipo de situaciones al máximo nivel, ya que son unos auténticos «veteranos« de las Final Fours. Aleksey Shavrasenko, que se perderá la cita de Madrid con total probabilidad por lesión, es el más curtido en estas lides, ya que lleva siete a sus espaldas -campeón en 1997 con Olympiacos y en 2006 con CSKA, subcampeón en 2007 con CSKA y semifinalista en 1999 con Olympiacos y en 2003,04 y 05 con CSKA.

Aunque Zeljko Obradovic le gane en el número de títulos (6), Ettore Messina es otro de los nombres propios de las finales a cuatro, ya que la de Madrid será su octava participación -campeón en 1998 con Kinder y en 2006 con CSKA, subcampeón en 1999 y 2002 con Kinder, en 2003 con Benetton y en 2007 con CSKA-. El italiano fue además campeón de la Euroliga de 2001, que se jugó en formato play-off tras vencer al Baskonia en la final en cinco partidos.

Saber manejar este tipo de situaciones de máxima responsabilidad suele ser una de las claves para el éxito, de ahí que esta experiencia que atesoran los jugadores -Papaloukas y Holden (5FF), Pashutin, Smodis, y Andersen (4FF), Van der Spiegel, Langdon y Khryapa (3FF)- y el técnico pueden resultar claves.

Transmitir normalidad

En este sentido, Jorge Garbajosa, ex pupilo de Messina en Treviso, destaca la naturalidad con la que el toscano afronta estos encuentros. «No es Ettore Messina una persona que cambia ante una cita trascendental, como puede ser una Final Four, y eso es muy bueno. Sabe que los jugadores están más tensionados que en partidos habituales, y él introduce un elemento de normalidad que alivia al grupo. Metódico en sus planteamientos y en su trabajo, siempre se guarda un as en la manga, de ahí su vasto palmarés». Si contamos los play-off de 2001, Messina ha afrontado 7 semifinales de la máxima competición continental, y ha pasado a la final en todas.

En este sentido, la experiencia del Baskonia en estos partidos es mucho más modesta y sólo tres jugadores -Vidal, que también estuvo en la final ante la Kinder de 201, Splitter y Prigioni- han estado en las tres presencias baskonistas en una Final Four. En el banquillo azulgrana, cada fase final ha tenido un inquilino distinto y Neven Spahija afronta su primer reto en la máxima cita del basket continental por clubes. El croata cumple además con un rito, ya que desde que en 1988 se instaurase el formato de Final Four, todas las ediciones han contado, al menos, con un técnico balcánico en algún participante.

Antecedentes adversos

Siendo dos de los equipos que más partidos han disputado en la historia de la competición en su época moderna, no es de extrañar que los caminos de CSKA y Baskonia se hayan cruzado en más de una ocasión.

A lo largo de la historia de la Copa de Europa, baskonistas y moscovitas se han enfrentado en 11 ocasiones, con un claro dominio ruso por 8-3. Su primer duelo data de marzo de 2002, cuando en la tercera jornada del Top 16 el CSKA vencía en Gasteiz 73-87 con un gran partido de Giriceck (25 puntos).

Esta misma temporada, los dos equipos se han enfrentado en dos ocasiones, ya que quedaron encuadrados en el Grupo A de la fase regular. En ambos partidos el triunfo cayó del lado rojo y especialmente dolorosa fue la derrota de Zurbano, donde los rusos terminaron con la imbatibilidad azulgrana como local tras una gran racha de 30 victorias consecutivas, con el agravante de que los de Messina se presentaron en Gasteiz sin cuatro de sus mejores jugadores; Papaloukas, Smodis, Siskaukas y Savrasenko.

Sin embargo, no todos los recuerdos son negativos. Todo lo contrario, una de las hazañas más recordadas y que forjaron la leyenda del «carácter Baskonia» tuvo lugar en el Universal Sports Hall de Moscú, donde todo estaba preparado para que el CSKA levantara el trofeo ante sus aficionados, pero el equipo dirigido entonces por Dusko Ivanovic se impuso contra todo pronóstico en un partido épico. En el único precedente entre ambos equipos en una Final Four, el partidazo colectivo de los Scola, Macijauskas, Calderón, David, Hansen, Splitter, Prigioni, Vidal, Betts y Gabini, dejó helado al coliseo moscovita y la prensa rusa recogía al día siguiente titulares tan significativos como comparar al CSKA con el Titanic.

Como hace cuatro años, la trayectoria dibujada por los moscovitas los hace ser los claros favoritos no sólo en la semifinal sino al título, pero el Baskonia lo dará todo para que la cuarta sea la buena.

 

Ettore Messina, «beste erara» irabaztea ere posible da

«Euroliga irabazteko jar ezazu sarjentu balkaniar bat zure aulkian». Horixe da hainbat talde handik urte askotan bete izan duten irizpidea. Hala, Maljkovic, Obradovic, Pesic edo Gershon -israeldarra, baina sarjentuetan sarjentuena- bezalako entrenatzaileek irabazi dituzte azken Final Four-ak, beti ere, jokalari multzo bikainez inguratuta. Joera horretan, ordea, bada «ezker eskuaz» ere irabaz daitekeela erakutsita, XXI. mendeko saskibaloiaren ikur bilakatu den entrenatzaile bat: Ettore Messina -Catania, Italia, 1959-.

Moscuko bere etapa aurten amaituko dela jakinda, Europako -NBAra jauzia eman dezakeen lehen entrenatzaile europarra dela ere esan izan dute sarri- talde guztiek nahi duten entrenatzaileak -Bartzelonarekin lotu dute azkenaldian- oso gazterik, 16 urte zituela, utzi zion saskibaloian jokatzeari, Reyer Veneciako aulkian eseri, eta entrenatzaile gisa ibilbide oparo bati hasiera emateko. Boloniako Virtusen eman zuen ezagutzera lehen aldiz bere maisutasuna ikuslego handiaren aurrean. Zenbait liga, Copa eta Errecopa irabazi ostean, Italiako selekzioaren arduradun egin zen 34 urterekin, eta 1997. urtean Eurobasketeko zilarrezko domina eskuratu zuen. Boloniara itzuli, eta Euroligako lehen txapelketak eskuratu zituen Virtus handiarekin -1998. eta 2001. urteetan, azken hori Ivanovicen Baskoniaren aurkako Play Off gogoangarri hartan-. Benettonekin Italian nagusi izan zen, eta Europan txapeldunorde izan zen. Jarraian, Euroliga irabaztea xede zuen CSKA ahalguztidunak fitxatu zuen, Baskoniak Moskun emanda astindutik osatu eta hurrengo urtera, Pragan, errusiarrek aspalditik zuten ametsa gauzatzeko. Iaz ere koska bakarra geratu zitzaion Atenasen.

Garaipen horietaz harago, -Euroligarik gehien duen entrenatzailea da, Obradovicen atzetik (5)-, harekin batera saskibaloian sartu den haize freskoak egin du berezi Ettore Messina. Gizon jantzia da egungo CSKA Moscuko entrenatzailea, bost hizkuntzaz hitz egiteaz gain, «Honoris Causa doktore» izendatu zuen Boloniako Unibertsitateak eta hizketarako duen gaitasunagatik «Valdano italiarra» izendatu duenik ere bada.

Jokoaren ezagutzan eta taktikan pribilegiatu bat izateaz gain, bere jokalariekin lortzen duen konplizitatea izan daiteke bere dohainik nagusietako bat. «Nire lanean bi oinarri dauzkat; jokalariek era naturalean joka dezatela, gehiegi pentsatu gabe, talde gisa; eta, beste alde batetik, jokalariak ikas dezala erantzukizunak hartzen. Entrenatzailea ez da xake jokalari bat, ez ditugu piezak, pertsonak baizik, eta denek jokoa era berean ikustea lortu behar dugu». Italiarrak hitz horiekin definitu zuen berriki bere filosofia.

Jorge Garbajosak ondo ezagutzen du Messina eta bere argitasuna goraipatzen du. «Oso azkarra da. Saskibaloian arrakasta izaten ari da, baina bizitzako beste edozein esparrutan ere izango luke». Baina ororen gainetik, bere gizatasunak nabarmentzen omen du. «Aisialdian bere jokalariekin egon zalea ez den arren, oso gertukoa da. Asko hitz egiten du jokalariekin, ia egunero jokalariren batekin izaten du solasaldiren bat, eta bizitza pribatuaz galdetzen dizu, gogoz nola zauden. Oso eroso sentiarazten zaitu».

Eliteko kirolaz gain, haurrak hezteko moduaz ere asko idatzi du. J.O.

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