Tras hablar el jueves de desperfectos «inapreciables», el Departamento de Justicia, Empleo y Seguridad Social de Lakua afirmó ayer que los efectos de las dos bombas que explotaron en la medianoche de anteayer en Donostia en la sede de Osalan «son mayores de lo que parecía». Así se constató después de que los técnicos entraran en el edificio, que está ubicado en el barrio de Egia.

Allí se encontraron destrozos en las cuatro plantas: la baja y las tres superiores. En un comunicado, el Instituto de Seguridad y Salud Laboral (Osalan) indicó que «a la espera de poder realizar una inspección más minuciosa, se ha constatado el derrumbe parcial del techo y de parte del muro», y añadió que las puertas han quedado arrancadas y que los numerosos cascotes y cristales impiden por el momento acceder a los garajes para comprobar su estado.

Asimismo, en el primer piso, que es donde se encuentra la zona de Administración, hay varios boquetes y una de las vigas ha sido dañada. También en esta zona han sido arrancadas las puertas y diversas ventanas.

Por lo que respecta al segundo piso del edificio, Osalan precisó que los despachos de los técnicos han quedado inutilizados por el momento, mientras que en el tercero, que es donde se encuentra la biblioteca, también hay importantes desperfectos en las ventanas.

Además de todo ello, en la zona de la planta baja se ha hundido parte del techo del túnel de metacrilato que conecta con la parte nueva de las instalaciones.

Cerrado

Por el momento, se desconoce cuándo se podrá restablecer el funcionamiento del inmueble. Las dependencias estaban cerradas ayer, y se anuncia que el lunes se desplazará de nuevo al lugar el consejero de Justicia, Empleo y Seguridad Social, Joseba Azkarraga, para hacer una nueva valoración. El dirigente de EA ya acudió al lugar horas después de la explosión, pero la zona se encontraba aún acordonada, de modo que no se pudo acercar al lugar de las deflagraciones. En la visita del lunes le acompañará de nuevo Ignacio Murgia, el director general de Osalan.

Los artefactos de Donostia estallaron tras una llamada previa en nombre de ETA recibida por la DYA aproximadamente una hora antes. Una de las bombas estalló en una zona ajardinada cerca del edificio, y la otra lo hizo a unos cuatro metros de distancia de la anterior.

Antes, en torno a la medianoche y en este caso sin aviso previo, un artefacto explotó ante otra sede de Trabajo, en este caso un pabellón perteneciente al Ministerio español del ramo y ubicada en el barrio de Martiartu de Arrigorriaga. Esta deflagración abrió un boquete de unos 20 metros en el edificio y destrozó completamente la entrada al edificio.

En ninguno de los dos casos se produjeron heridos, aunque sí graves desperfectos.