Rosa Díez presentará en el Congreso una iniciativa instando al Gobierno (español, of course) a disolver los ayuntamientos gobernados por Acción Naciona- lista Vasca y el editorialista de «El Mundo» daba saltitos de alegría por la última ocurrencia de su heroína.

Decía el de Pedro J. que ya se disolvió el Ayuntamiento corrupto de Marbella y que «el legislador quiso tener una herramienta para poder intervenir en casos que encajan perfectamente con la situación que viven hoy algunos municipios del País Vasco y Navarra por la cortedad de miras del Estado de Derecho, que permitió que la marca blanca de ETA concurriera a las elecciones y obtuviera más de 400 concejales». Olvida el escribiente de Ramírez que eso será así porque les han votado los ciudadanos, ¿o no?

Su esperanza crece porque «la disolución de los ayuntamientos proetarras (más de 30) permitiría revocar las recientes humillantes derrotas de los demócratas en corporaciones como Mondragón, Hernani o Vergara, donde las denominadas 'mociones éticas' de condena a los respectivos alcaldes fueron derrotadas». También olvida que fueron derrotadas por la mayoría democrática que no las apoyó. Es sólo un detalle, pero importante ¿no les parece?

Ahora de lo que se trata es de implicar al PSOE en la iniciativa de Rosa Díez, «que reta al PSOE a que demuestre que con sus 'mociones éticas' no pretende simplemente cubrir el expediente, mientras en el fondo trata de ganar terreno de cara a las elecciones autonómicas en el País Vasco». Estaría bueno que el PSOE empezase a hacer caso a Rosa Díez ahora que han conseguido mandarla del partido. No crean, cosas más raras ya se han visto, ¿no?

Y mezcla para ello churras con merinas. Lean el argumento final y sonrían luego: «Cuando el Gobierno de Zapatero disolvió el Ayuntamiento de Marbella, la vicepresidenta Fernández de la Vega justificó la intervención asegurando que permitía 'devolver la dignidad' al Consistorio. No se nos ocurre mejor argumento que ése para aplicar ahora esa misma ley a los enemigos de la democracia». ¿Democracia dice? ¡Anda ya!