Hay algo en los play offs de la NBA que invita a todos los equipos a buscar la campanada. Por imposible que parezca, está demostrado que ante la primera ronda de las eliminatorias por el título todo el mundo está dispuesto a marcarse una buena juerga. Aunque sea a costa del mejor equipo de la temporada regular. Aún a costa de unos Celtics que han devuelto Boston al mapa estelar de las franquicias NBA.

Eso debían pensar en Atlanta cuando lograron el empate a tres y forzaron el sétimo partido. Poco importaba que durante los 82 partidos de la liga regular Boston hubiese ganado casi 30 partidos más que Atlanta. En los Hawks hacían cola un grupo de descarados con físico de semidioses empeñados en seguir alargando su cuota de pantalla.

Pero al final, en el acto en el que siempre ganan los buenos, a Atlanta Hawks se le torció algo y el verde y blanco de la legendaria camiseta de los Celtics salió triunfante. Los Celtics ganaron por paliza en la madrugada del lunes: 99-65. El ensordecedor ambiente del TD Banknorth Garden, popularmente conocido como la jungla, y los potentes brazos de Kevin Garnett bastaron para que los jóvenes y poco pudorosos Hawks no fuesen capaces de culminar su gran osadía.

Demasiados nervios

El choque empezó siendo un mar de nervios. Una marejada de intenciones descompuestas sobre una preciosa cancha en la que, definitivamente, no se vio lo que se esperaba. Los Celtics se apoyaron en su poderío y su oficio. A los Hawks apenas le quedaba físico y un austero guión baloncestístico. El veredicto estaba servido pero el primer cuarto apenas arrojaba luces sobre el destino final de la eliminatoria: 27-16. En los segundos doce minutos los Celtics no aflojaron pero tampoco terminaron de encontrar la afinación necesaria. Atlanta no parecía el felino agazapado de partidos anteriores pero tampoco un séptimo partido es terreno para dar coba a un rival peligroso. El 44-26 del descanso encendía la alarma ofensiva de los Atlanta Hawks ante tanta diferencia y tanto déficit anotador.

Lo cierto es que Boston impuso su ley tanto en ataque como en defensa, un tanto violenta en algunas acciones puntuales. El bloqueo mental, la retirada sicológica y el abotargamiento de los sentidos competitivos de Atlanta Hawks llegó sincronizado con el tercer cuarto. Boston endosó un duro 35-17 a Atlanta y si a alguien le quedaba alguna duda, las maletas de los de Georgia ya corrían por las cintas transportadoras del aeropuerto en busca del siguiente avión.

Con los dados perdedores brillando en el tapete, Atlanta se limitó a flotar en un partido gris en el que se quedó en unos tristes 65 puntos. Mientras, en Boston, todo era celebración ya que lo que los analistas apuntaban como un claro 4-0 tuvo visos de pesadilla durante un par de semanas. Los múltiples abrazos entre los miembros del temerario tridente de los Celtics y el éxtasis final del público de Massachussets certificaban que por momentos ni siquiera ellos creían en sus posibilidades.

Trabajada victoria

Se esperaba un 4-0 de Boston a Atlanta por su diferencia de partidos y acabó endosándoselo Los Angeles Lakers a Denver Nuggets pese a que la diferencia entre victorias no alcanzaba la decena. Contra Utah Jazz, los Lakers tendrán que hacer frente a un rival con un conocimiento de sus posibilidades baloncestísticas que abruma en ocasiones. Todo ello quedó reflejado en un primer partido en el que los Lakers se impusieron por 109-98 tras un duro primer tiempo en el que los Jazz estuvieron en el partido en todo momento.

El tercer cuarto fue decisivo ya que Utah pareció perder brío mientras que los Lakers aprovecharon para despegarse en el marcador y obtener una ventaja con garantías para lograr el primer triunfo de la semifinal.

Kobe Bryant volvió a ser el más destacado del equipo angelino con 38 puntos, 6 rebotes y 7 asistencias, con un meritorio 8 de 16 en tiros de dos y un increíble 21 de 23 en tiros libres. Gasol ayudó con 18 puntos, 10 rebotes, 5 asistencias, y Lamar Odom completó la tripleta de oro con 16 puntos, 9 rebotes y 3 asistencias. Mañana se juega el segundo partido de la serie en la ciudad californiana.