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Sabino Cuadra Lasarte | Abogado

Vicente Ripa: ¡allá va la despedida!

Vicente Ripa se va. El delegado del Gobierno nos deja. Leo alabanzas a su labor y no entiendo por qué. Y eso que, de entrada, D. Vicente no lo tenía del todo mal. Precedido como había sido por delincuentes impenitentes como Roldán y Villoslada (PSOE) y apisonadoras liberticidas como Ansoategui (UCD y PP), tenía la faena fácil. Pero ni así.
Ripa, además, contaba con otra ventaja: era navarro. Conocía la plaza y vendió imagen de campechano y de director de la coral de su pueblo. Con todo eso hubo quien, en plan buen rollito, le invitó a pasear por su sede para mostrar así los nuevos talantes exigidos por los tiempos. D. Vicente, por su parte, atornillador en mano, colocó el cartel de la Delegación del Gobierno en bilingüe. Los negros nubarrones de la crispación y el exabrupto parecían llegar a su fin. ¡Aleluya!
Pues no. De aleluyas y cantos celestiales, nada de nada. Lo suyo ha sido la faena de un gobernador civil al uso. No podía ser de otra manera. Estaba para lo que estaba. De los casi cuatro mil funcionarios a sus órdenes, las tres cuartas partes pertenecen al Ejército, Policía y Guardia Civil. Por eso, mejor usar con él el antiguo nombre de gobernador civil que el de delegado del Gobierno. Se ajusta mejor a las funciones inherentes al cargo.
D. Vicente no solamente contaba con la ventaja de haber sido precedido en el cargo por auténticos esperpentos, sino también la de haber disfrutado de otra mucho más importante: durante su mandato se ha dado la tregua de ETA y el denominado proceso de paz, precedido todo ello, a su vez, de un largo período de ausencia de atentados. En otras palabras, nunca ningún gobernador civil había disfrutado en Nafarroa de un contexto tan propicio para desarrollar una labor en favor de la concordia, la paz y la consolidación de las libertades. Sin embargo, nada de esto se ha hecho, sino todo lo contrario.
Partiendo de los propios datos dados estos días por el Gobierno Civil, más de 150 manifestaciones y concentraciones (una cada 10 días) han sido prohibidas durante su mandato. Según las cuentas que le han sacado otras fuentes, tan solo durante 2007 ha habido 145 detenciones, 32 cargas policiales, 50 casos de denuncia de malos tratos y 9 de torturas tras sus detenciones, 164 intervenciones contrarias a la libertad de expresión, 65 prohibiciones de actos, multas de hasta 50.000 euros... No está mal, ¿no?
En relación con lo anterior, quería comentar un par de casos. El primero, referente a unos jóvenes de Iruñea que se autoinculparon durante su detención de haber participado en el atentado mortal contra un concejal de UPN de Leitza. Tras dos años largos de cárcel se demostró que nada tuvieron que ver con aquello y quedaron libres y sin cargos. Pues bien, ¿cuál cree Ripa que fue la causa por la cual se autoinculparon de hechos inexistentes por los cuales les podían haber caído varias decenas de años de cárcel? ¿Conoce a las personas que participaron en sus interrogatorios? ¿Ha investigado algo al respecto?
Algo parecido ha sucedido recientemente con dos jóvenes de Lesaka a quienes se acusa de haber participado en el atentado de Barajas. La prueba esencial de esto es su propia declaración, libremente prestada, por supuesto, en el cuartelillo correspondiente. Uno de ellos ingresó urgentemente en el hospital por las graves lesiones habidas durante su detención. Ambos denunciaron torturas. Es posible que el caso figure el próximo año en la lista de denuncias de Amnistía Internacional, pero a Ripa eso ya no le afectará.
Por último, su sonada despedida. Fue el 8 de Marzo, Día Internacional de las Mujeres. Mientras en la gran mayoría de las comunidades autónomas y en todas las colindantes los actos y manifestaciones fueron autorizados sin problema alguno, Ripa prohibió todas las solicitadas en Nafarroa. Siguió el ejemplo de su colega madrileño, que también las prohibió, pues nadie mejor que D. Vicente sabe que el fuero navarro y la chata autonomía que tenemos debe acomodarse a los usos de la Villa y Corte.
A pesar de la prohibición, 41 grupos sociales mantuvieron la convocatoria afirmando que el derecho de las mujeres a manifestarse ese día está por encima de las supuestas reflexiones a realizar la víspera de las elecciones. Ripa no lo entendió así. Cuando la concentración terminaba, la Policía cargó y hubo leña a discreción. En ningún lugar del Estado ocurrió nada parecido. En fin, cosas del fuero y de nuestro campechano gobernador.
Por si fuera poco, hace unos días nos han notificado a un par de docenas de personas, mujeres casi todas, la apertura de un expediente sancionador (de 300 a 6.000 euros) por nuestra participación en estos hechos. Más de la mitad han sido acusadas de portar una pancarta que nunca existió y nadie vio, salvo la mente calenturienta de algún policía que no pudo soportar que cientos de mujeres desobedeciesen sus viriles órdenes. En mi caso, se me acusa de «ser la persona que impartía consignas a los manifestantes, haciendo caso omiso a los requerimientos policiales para que procediesen a su disolución». Como puede verse, los agentes presentes hilaron fino.
No conozco a Ripa en persona, pero me gustaría hacerlo. Se trata de una mera curiosidad científica. La razón es sencilla: me satisfaría enormemente contemplar de cerca a alguien que posea una estructura mental capaz de pensar que alguien como yo, varón de cincuenta y ocho años, pueda ser quien, el día 8 de marzo, imparta las consignas a cerca de dos mil personas, en su inmensa mayoría mujeres y jóvenes, encabezadas por varios grupos feministas y una aguerrida batukada de neskas. Carezco de conocimientos antropológicos al respecto, pero pienso que la envoltura externa de su misógina corteza cerebral debe de ser algo digno de admiración. Lombroso debía de tener razón.

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