ERC afronta un congreso decisivo el próximo 14 de junio, después de unos resultados electorales que reflejan una continuada línea descendente iniciada con el referéndum convocado para ratificar el proyecto de Estatuto de Autonomía que se celebró el 18 de junio del 2006. Significativamente, el no propugnado oficialmente por ERC tras muchas dudas y especulaciones, (forzado por las asambleas de militantes contra el criterio de buena parte de la dirección que apostaba por el sí), tuvo un seguimiento escaso. Fue un primer toque de alerta ante los primeros síntomas de incoherencia que lejos de ser atendido precipitó a la dirección de ERC hacía el acatamiento del resultado del referéndum, la asunción del desarrollo estatutario como objetivo estratégico y la gobernabilidad a cualquier precio. Conductas que, sumadas a los comportamientos arrogantes propios de la los partidos del régimen, han llevado a ERC a perder credibilidad entre nuestro electorado. Sucesivamente, en las elecciones autonómicas del 1 de noviembre del 2006 y en las municipales del 27 de mayo del 2007 ERC ha ido perdiendo apoyo popular. La causa fundamental es que Esquerra ha dejado de tener la iniciativa política, no ha planteado ningún proyecto de autodeterminación creíble y ha asumido en la practica el discurso del Partido Socialista según el cual la cuestión social (prioritaria) y la cuestión nacional (secundaria) son aspiraciones desiguales y sin lazos en común.

Pese a la claridad de los resultados electorales la actual dirección de ERC, (Carod -a través de candidatos interpuestos- y Puigcercós) sin hacer autocrítica de ningún tipo, se encastilla y por separado concurre a la elección de presidente y secretario general que se celebrará el 7 de junio. Frente a ellos, dos candidaturas de renovación estratégica y de equipo de dirección: Reagrupament y Esquerra Independentista. Quienes subscribimos este texto apostamos por situar la lucha por el derecho de autodeterminación del pueblo catalán en el centro de la acción política de ERC, por dotar de alternativas propias congruentes con este objetivo la gestión de Esquerra en las instituciones y por condicionar los pactos de gobierno que puedan derivarse de las elecciones catalanas previstas para el 2010 a un Acuerdo Democrático Catalán que prevea el ejercicio del derecho a decidir.

A diferencia de los dirigentes actuales que propugnan que ERC participe en las elecciones europeas del año que viene en una candidatura única con CIU (que ya ha rechazado la propuesta), nosotros apostamos por una candidatura de ERC abierta a las entidades cívicas y personas que desde los Països Catalans, pero también desde Euskal Herria y Galiza, estén dispuestas a llevar la reivindicación del derecho de autodeterminación de los pueblos catalán, vasco y gallego al Parlamento Europeo.

Creemos que esta segunda legislatura del presidente Rodríguez Zapatero se caracterizará por los acuerdos de estado entre el PSOE y el PP para bloquear toda iniciativa conducente al ejercicio del derecho de autodeterminación en Euskal Herria o Catalunya. Ante esta perspectiva las fuerzas independentistas de cada nación han de abrir vías alternativas que superen los planes del nacionalismo español para liquidar «la cuestión nacional» en el Estado español. Precisamente en una época en la que en la Europa democrática se aceptan procesos de autodeterminación de los que surgen nuevos estados (Montenegro, Kosovo) y se abren con toda normalidad esperanzas de independencia para Escocia o reunificación nacional en Irlanda.