«Estar envenenado por amianto es una condena a muerte, así lo vivo»
Olvido Herreras es sicóloga y ha asumido la secretaría de la Asociación de Víctimas del Amianto en Euskadi (Asviame) y es, de momento, su portavoz. Ha creado un equipo de trabajo que se reúne una vez al mes para intercambiar inquietudes y fijar actuaciones para conseguir que los afectados por el amianto tengan respaldo. Pretende tener intercambios con otras asociaciones y con los sindicatos vascos.
Juanjo BASTERRA |
La Asociación de Víctimas del Amianto en Euskadi (Asviame) nació hace cuatro años. Ahora, está impulsando su actividad con el objetivo de que los afectados por el mineral cancerígeno obtengan, en primer lugar, el reconocimiento y el apoyo legal para tener una vida más digna.
Olvido Herreras es la secretaria y, en este momento, la portavoz de la asociación. Llegó obligada, porque «en enero diagnosticaron a mi padre cáncer en el pulmón a causa del amianto. Trabajó en Babcock Wilcox en la boca del horno». La asociación dispone, de momento, con un teléfono de contacto 615.666.155 y un correo electrónico «asviamie@gmail.com».
¿Cómo surgió la asociación y qué objetivos se plantea en este momento?
Nació hace cuatro años, es el resultado del esfuerzo de personas como Jesús Macías, Nieves Rodríguez, que es la presidenta de la asociación y viuda de un trabajador de la Babcock Wilcox Española fallecido por amianto, o Eusebio Pabola, entre otros, cuyo trabajo es admirable. Hoy, somos muchos más y tenemos más apoyos, por eso queremos dar un importante impulso a la asociación. Necesitamos agruparnos para ser más fuertes.
¿Por qué y para qué ser más fuertes, como usted dice?
Frente a tantos obstáculos de las mutuas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales; las empresas y otras instituciones, que tratan de negar la evidente relación de la enfermedad, y que nos obligan a pelear en largos procesos en los juzgados, tenemos que evitar el continuo pleito ante los tribunales de cada uno de los enfermos y que se reconozca de una vez su situación. Es en ese espacio donde tenemos que conseguir un reconocimiento necesario.
¿Qué le sugiere el amianto en este momento?
El amianto es la principal causa de cáncer laboral. Produce más muertes que los accidentes de trabajo, hasta el punto de que la Comisión Europea ha anunciado 500.000 muertes prematuras en Europa. Sindicalistas como, Jesús Uzkudun, de CCOO de Euskadi, mantienen que habrá entre 8.000 a 10.000 muertes en Euskadi en estos próximos años. Angel Cárcoba, experto en este tema, estima que en el Estado español fallecerán 60.000 trabajadores. Consideramos inadmisible el silencio social que hay sobre las enfermedades laborales, en concreto el cáncer producido por el amianto.
¿Qué objetivo se marca para que se fortalezca la concienciación social?
No nos debemos engañar, porque esta enfermedad no tiene cura. Duras lo que duras. Algunos tienen la suerte de convivir muchos años con esta enfermedad, otros, por desgracia, caen fulminados. La realidad es que depende de cada persona y cada situación. Esto es una condena a muerte. Tenemos que decir alto y claro que nos han envenenado. Así lo vivo. Reconozco que estoy asumiendo mi propio duelo, porque yo me he enterado en enero de que mi padre tiene cáncer a consecuencia del amianto. es muy dura esta situación. Lo primero que tenemos que hacer desde la asociación, y en eso estamos trabajando, es explicar lo que es el amianto y sus consecuencias, sacarlo a la luz, porque todavía permanece oculto. Tenemos que integrarnos en esa red que hay de asociaciones en el Estado español para seguir con su experiencia y hacer aportaciones.
¿No cree que ha habido una dejación de las administraciones públicas, sobre todo, las ligadas a la salud en esta materia?
Sí, pero tenemos que llevar a 500 personas detrás para que te hagan caso. Seguro que se lo empiezan a pensar. Las movilizaciones de afectados y familiares en Francia y Japón han logrado la creación de un fondo de compensación a las víctimas. Nuestros familiares son víctimas inocentes. Muchos de nuestros seres queridos ya fallecieron y los demás se encuentran con la salud deteriorada. Están condenados a una muerte prematura, por lo que es necesario que ese fondo se ponga en marcha para que sirva de apoyo a quienes sufren la enfermedad a consecuencia de su trabajo y, en su caso, a sus viudas.
Es terrible morir o sufrir una lesión de por vida a causa del trabajo, cuando se supone que se va al mismo a ganar el pan.
Sí, es terrible. También es injusto que nos veamos obligados a pelear en los juzgados contra las mutuas y las empresas que no quieren reconocer su responsabilidad y que, en otros casos, no existen ya ni las empresas responsables de esas enfermedades o muertes, porque cerraron o desaparecieron. Se nos obliga a mostrar pruebas de la exposición al amianto de hace 25, 30 y 40 años atrás, porque el período de latencia de esta enfermedad es demasiado largo.
¿No se tiene en cuenta la salud laboral por parte de los empresarios?
Así es. Es la hermanita pobre. Mucha gente está contaminada y no le ha empezado a aflorar el cáncer. Habría que mejorar los controles médicos. Así lo hacen en Galicia, donde la asociación que trabaja en Vigo ha llegado a un acuerdo para que se hagan reconocimientos profundos en un día ante la más mínima sospecha, y salen ya del hospital con un tratamiento. Pero es cierto que la salud laboral no es una de las prioridades ni de los empresarios ni de la Administración pública. En vez de prevenir, prefieren llenar sus bolsillos, lo que no deja de ser lamentable.
«No entiendo, ahora que he entrado en ese mundo, por qué nadie impidió antes que se trabajara con amianto, sabiendo, como se conocía, su carácter cancerígeno»
«Esta asociación está abierta a todos los afectados por amianto. Con la unión lograremos la fuerza para que se nos atiendan nuestras reivindicaciones»
«Queremos conseguir que se cree un Fondo de Compensación a las Víctimas del Amianto, como hay en Francia o en Japón, sin ir más lejos, para que ayude a los afectados»
¿Un objetivo que se plantean es integrar en la asociación a todos los afectados?
Es así. Contamos ya con unos 300 socios, pero queremos ampliar esa colaboración. La mayoría de los que estamos somos vizcainos, pero en Gipuzkoa el tema del amianto también tiene una incidencia importante, lo mismo que en Araba. No nos importa movernos de un lado para otro para conseguir unir fuerzas, formar una piña entre los afectados o sus familiares. Es una tarea de dar a conocer la asociación de forma amplia. Tiene, sin duda ese objetivo, porque entre todos nos podemos asesorar y defender mejor. Queremos disponer de los datos de los afectados, de su historial, con el permiso de sus familiares, para que sirvan de ejemplo también a los siguientes a los que les sobrevenga ese cáncer.
¿Han contactado con los sindicatos?
Nuestro inicio partió de CCOO, de la labor que realizó Jesús Uzkudun. Es un reconocimiento que tenemos que hacer, pero no nos queremos quedar sólo ahí. Queremos reunirnos con todos los sindicatos para que nos apoyen. En la asociación estamos de todos los colores. De momento contamos con CCOO, porque tiene más experiencia, pero queremos que todos nos respalden. Queremos un apoyo amplio, porque necesitamos que, incluso los partidos políticos, incluyan en sus programas la creación de un fondo de compensación a las víctimas del amianto, porque se lo merecen, ya que nadie les informó ni les previno del riesgo de trabajar con ese mineral cancerígeno. Sus familias están sufriendo, además, esas consecuencias.
¿Hay demanda de información?
Sí. Bastante. Tenemos que saber como hacerlo, por eso en el equipo que hemos formado, que nos reunimos una vez al mes, de momento, contamos con abogados, enfermeras, sicólogas, etc. Estamos avanzando en temas de documentación y sentencias que salen, para que en cualquier momento esos archivos puedan ser utilizados por otros abogados a la hora de plantear demandas en los juzgados. Por eso, en cuanto nos concedan a la asociación alguna subvención vamos a organizar una jornada con otras del Estado español para que nos muestren lo que ellas han avanzado, para que podamos seguir sus pasos y mejorar en otros.
¿Cree que hay connivencia entre los empresarios, las mutuas y la administración pública?
Llevo poco tiempo, pero me estoy dando cuenta de que sí. Este mundo me era ajeno, pero cuando comienzas a meterte en él se aclara ese cúmulo de intereses porque oyes lo que les ha pasado a otros, como los que se encuentran en la asociación. Nuestros objetivos precisamente avanzan para conseguir a través de la asociación la representación, defensa y promoción de los intereses de los afectados y, a la vez, trasladar a la sociedad los daños que ha ocasionado, ya que el silencio de las empresas y la Administración es más que evidente.
¿Cómo afronta la enfermedad diagnosticada a su padre?
Lo sabemos desde enero, como ya le he dicho, pero me encuentro igual que los demás: estafada, ultrajada y engañada. No entiendo como nadie fue capaz de intervenir ante este grave problema, cuando se sabía desde inicio del siglo pasado su poder cancerígeno. Los empresarios prefirieron la rentabilidad económica que cuidar la salud de sus trabajadores. Es una vergüenza.
