El I Certamen de Fotografía Gay-Lesbo-Trans «Premio Afrodita», que organiza el colectivo Hegoak, nace con la vocación de cubrir la demanda existente en este ámbito y, al mismo tiempo, seguir trabajando por la normalización del movimiento LGBT, que engloba a lesbianas, gays, bisexuales y transexuales. En un primer momento, los organizadores de este certamen se propusieron, como única condición, que los trabajos presentados tuvieran una clara temática LGBT pero el resultado les ha sorprendido incluso a ellos. «Teniendo en cuenta que la mayor parte de los autores son amateur, hemos recibido auténticas joyas fotográficas», afirma Juan Carlos Santillana, coordinador de Hegotalde, grupo responsable del certamen, y miembro del jurado.

La participación en esta primera convocatoria también ha sido elevada y ha supuesto un arduo trabajo de selección en el que se han tenido en cuenta, sobre todo, la comprensión del tema del concurso, la creatividad, la originalidad, la calidad artística de las obras y el manejo de distintas técnicas fotográficas. «Primero realizamos una preselección de los doce mejores trabajos recibidos. Las fotografías ganadoras nos transmitieron, desde el principio, muchas sensaciones y todas muy positivas», explica Santillana.

Finalmente, la fotografía «Sin título», de Fer Montoya, que muestra a dos jóvenes posando, juntos, dentro de una piscina, se hizo con el primer premio del concurso. «Este trabajo nos transmitió desde el principio una ternura y una complicidad increíbles, y se convirtió enseguida en una de las claras favoritas del jurado», confiesa el coordinador de esta primera edición del «Premio Afrodita».

«Metamorfosis ambulante», de Ainara M., obtuvo el segundo puesto en el certamen con la imagen nítida y cercana de una persona afeitándose frente a un espejo. «Esta fotografía transmite una libertad indescriptible», afirma Santillana, cuya opinión comparte el resto del jurado que conforman Eduardo Gaviña, Nerea Herrarte, Rafael Orbe y Nieves Mendiola, todos ellos miembros y amigos de la asociación Hegoak, un colectivo sin ánimo de lucro que ha cumplido ya nueve años de vida.

El tercer trabajo premiado en este certamen fotográfico, «Pronovis», de Arantza K., «aúna una gran originalidad con una frescura indiscutible. Es un canto a poder ser lo que uno quiera, sin ningún tipo de obligaciones, con una total y absoluta libertad», apunta Santillana. La imagen premiada muestra al espectador una «novia» poco usual posando junto a un cartel sobre la misma temática.

El coordinador de este certamen fotográfico insiste en su alegría ante la buena acogida de esta primera convocatoria y reconoce que el concurso «nos ha dado muchas satisfacciones. Nos ocurrió lo mismo con el I Certamen de Relatos Cortos LGBT Hegoak», recuerda. Y es que las personas que trabajan en este colectivo se vuelcan en cada proyecto. «Lo hacen de manera voluntaria y con el interés en profundizar en el campo de la libertad de expresión y vida afectivo-sexual desde una óptica progresista y transformadora», puntualiza.

Por todo ello, Santillana se muestra dispuesto a seguir trabajando en una segunda edición del concurso. «Este tipo de eventos no abundan en el Estado español pero sí son demandados por muchas personas del movimiento LGBT y, por eso, hay que potenciarlos. Nos encantaría que una entidad pública, bancaria o de otro tipo se encargara de organizarlos, porque eso significaría que hay normalización total y absoluta del movimiento LGBT, pero hasta que eso no ocurra, creemos que nuestra asociación debe ocupar este espacio», manifiesta.

La entrega de premios tuvo lugar el viernes por la noche en el local de Hegoak, sito en el barrio San Francisco de Bilbo. Los ganadores, y muchos de los finalistas, así como amigos y miembros de la asociación, hicieron acto de presencia dejando claro que, en este certamen, lo principal no es el premio en metálico sino participar. Junto a numerosos y cálidos aplausos, Fer Montoya recogió el primer galardón y 400 euros, mientras que el segundo y tercer ganadores obtuvieron 200 y cien euros, respectivamente. El acto se convirtió en una fiesta que duró hasta bien entrada la madrugada.