La victoria del Sporting en Tenerife por 0-2 -goles de Míchel (m. 27) y Pedro (m.40)- le permite alcanzar al Málaga en la segunda plaza tras perder ante el Nástic -1-2, gol de Paulo Jorge para los locales (m.24) y Abraham m.28) y Mairata (m.50) para los catalanes- y obliga a la Real a ganar para no aumentar su desventaja hasta los cuatro o cinco puntos.

Los resultados de ayer, en cualquier caso, no pueden afectar a la mentalidad de los realistas, que deben afrontar todos los partidos con la obligación de buscar la victoria porque el margen de error es tan pequeño que sólo cinco triunfos en los seis partidos que quedan parecen suficientes para garantizar el ascenso a Primera División.

Para conseguir el de esta tarde Juanma Lillo tendrá que cambiar sustancialmente el trío de medios centros por el que ha apostado en los últimos cuatro partidos. A las bajas obligadas de los dos jugadores con mayor y mejor peso específico del vestuario, Garitano y Aranburu, se suma el cambio de posición de Martí, que jugará más retrasado, en una posición que le permitirá actuar más cómodo porque más adelantado sufre cuando se amplían sus recorridos. Claro que eso también permite que su calidad de pase esté más cerca del área y que Garitano aporte desde una posición más retrasada unas virtudes importantes.

Pero hoy no está el vizcaino y Lillo ha preferido retrasar a Martí antes que colocar en su lugar a Markel. Por delante suyo jugarán de inicio por vez primera en muchos meses Elustondo y Larrea. Además Delibasic recuperará su plaza en el once, lo que motivará que Díaz de Zerio juegue en banda derecha.

De la convocatoria de ayer, al margen del deseo de Lillo de rotar a los jugadores, llama la atención la ausencia por segunda semana consecutiva de un recambio para los laterales. Carlos Martínez ha tenido problemas durante la semana, pero es difícil de entender por qué Estrada vuelve a quedarse sin convocar cuando permitiría tener un recambio lógico para los dos laterales y ofrece la solución más lógica para esa banda derecha que ha quedado sin dueño tras la lesión de Xabi Prieto.

El Cádiz, con urgencias

La Real se enfrentará en el Carranza a un rival al que muchos en Gipuzkoa otorgaban en setiembre un nivel con el que no podía competir un equipo basado en la cantera. Pues aquel equipo que se ponía como referencia no tiene más objetivo que la permanencia y busca hoy la victoria que le dé una cierta tranquilidad para la recta final.

Los gaditanos recuperan a Abraham Paz tras cumplir su sanción y afrontan el partido sin más baja que la de Diego Rivas, que pese a no poder jugar por doble motivo ha protagonizado la semana en Cádiz al decir primero que quería que ganara la Real y luego tener que rectificar. Arbitrará un catalán, algo que genera dudas por el mal nivel de su arbitraje y más cuando los visitantes sólo han ganado un partido de dieciséis con él.