Un mes después de que el diputado de Medio Ambiente compareciera en comisión en las Juntas Generales de Bizkaia para dar a conocer el convenio que habían consensuado con la Diputación guipuzcoana para el trasvase durante cuatro años de 25.000 toneladas de basuras, este documento fue refrendado ayer en comisión con los votos de PNV, PSE y PP, así como la abstención de Aralar. EB se posicionó en contra, al igual que hizo la pasada legislatura ante el II Plan Integral de Gestión de Residuos de Bizkaia 2005-2016 por su apuesta por la incineración.

El convenio tendrá que ser ahora ratificado por el Pleno de la Cámara vizcaina, en una sesión aún por convocar, donde los apoderados de PNV, PSE, PP y EA lo respaldarán, mientras EB y ANV votarán en contra y Aralar se abstendrá. Josu Madariaga, responsable de Medio Ambiente, saludó el apoyo recabado, y también la abstención de Aralar, arremetiendo contra las posiciones que mantienen las fuerzas que se oponen a la quema de basuras en Zabalgarbi, criticando sus propuestas para la gestión de las basuras.

Tras las negociaciones mantenidas, el destino de los residuos será el vertedero de Igorre y la planta de tratamiento de voluminosos de Berziklatu, en Urtuella, desechándose la opción de Jata, en Lemoiz, porque se incrementarían los costes del transporte. Así, el depósito, ubicado en el barrio igorretarra de Urkizu, reducirá su vida útil a cinco o seis años con la aportación de las basuras de los municipios de Debabarrena y los vizcainos de Ermua y Mallabia, que desde hace doce años vertían en el azpeitiarra de Lapatx.

A colmatarse Urkizu se construirá una estación de transferencia donde se compactarán los residuos para ser llevados a la segunda línea de Zabalgarbi. Esta infraestructura, gestionada también por la sociedad foral Garbiker, se financiará con el 10% de recargo que abonará el Consorcio de Residuos de Gipuzkoa por verter en Bizkaia. Abonará 75 euros por tonelada.

El plazo de vigencia del convenio será de cuatro años, aunque podrá prorrogarse otros tres -si no se finaliza la construcción de la incineradora de Zubieta para 2012- siempre que sea ratificado por una comisión de control que se constituirá en las Juntas Generales. Otro de los compromisos es que las basuras transferidas no serán quemadas en Zabalgarbi.

Txingudi Bizirik

Mientras en la Cámara vizcaina se debatía sobre el futuro de las basuras de Gipuzkoa, en Irun, Txingudi Bizirik entregó ayer una propuesta a los miembros de la Mancomunidad de Servicios de Txingudi para que abandonen el Consorcio de Residuos de Gipuzkoa y establezcan su propio plan comarcal, «con modelos de gestión sostenibles y alternativos a la incineración». La plataforma ciudadana apostó por la recogida puerta a puerta y pequeñas plantas de reciclaje y compostaje que generen empleo en la zona.

«De la misma manera que la Mancomunidad fue capaz de meternos a todos en una inversión de 52 millones de euros para la incineradora incluso en contra de la Diputación de Gipuzkoa, ahora pedimos que lidere y afronte una inversión para hacer un plan de gestión sin incineración y basado exclusivamente en reducción, reutilización, reciclaje y compostaje de nuestros residuos», manifestaron sus portavoces. Además, animaron a la ciudadanía a participar en la manifestación que el sábado, a las 18.00, partirá del Boulevard donostiarra.

A esa protesta también se sumaron los corporativos de la izquierda abertzale de Irun, al estimar que, al igual que la movilización popular frenó la construcción de una incineradora en Irun, lo mismo se puede hacer con la de Zubieta.