Pablo CABEZA

La pasada edición del Villa de Bilbao aportó a la escena local 17.000 euros en premios, dinero en metálico que supondrá un respiro para pagar el local de ensayo, renovar instrumental o preparar la grabación de un disco, al margen de una juerga obligada. Pero, además, permitió que veinticuatro formaciones vascas actuaran en directo en una sala que suena de manera impecable, con 300 ó 400 aficionados a la música siguiéndoles, con un backline fijo de primera calidad, con dietas y una organización perfecta. Pero esto no es todo, como se dice en las tómbolas, porque el Villa también concedió cerca de 20.000 euros en diverso material: el backline completo utilizado a lo largo del concurso -valorado en 10.000 euros-, primera marca, una guitarra Epiphone, un micro inalámbrico Sennheiser, dos bajos, una mesa de mezclas de ocho canales, una actuación en el Estado francés y otra el Azkena Rock de Gasteiz, así como la presentación del disco ganador en Bilborock, en este caso para Munlet, de Mendaro. Las guitarras son de calidad media alta, pero la estética vintage de la guitarra para el apartado pop-rock resulta espectacular. Con esta descripción de hechos, quizá quepa preguntarse porqué no probar. Cabe el amargor de no clasificarse, pero eso pasa al anonimato del concurso, al contrario de otros eventos, donde no tienen la delicadeza de ocultar el listado. También puede no clasificarse para la final, pero ¿no es tocar lo más importante y que te conozcan, sea en este o en otro escenario?

Munlet

Para el dúo de Mendaro (Gipuzkoa), 2008 será un año inolvidable. Herr Professor (Ina) y Ladyfingers (Ana), han visto editado su primer disco, «Clínica de ruidos», de soberbia factura rítmica. Han quedado segundos en el Villa de Bilbao, en el apartado pop-rock, y han ganado el premio al Mejor Grupo Vasco, por lo que tienen asegurada la grabación de un nuevo cedé. Y tienen derecho a presentarlo, sin coste alguno, en Bilborock. Además, y al margen, tienen previsto sacar este año un disco de versiones. Y con ellos, encima, se tararean sus canciones, se bailan, se disfrutan y se llega al paroxismo. «Hemos enviado un cd demo al Villa ininterrumpidamente desde 2003, y nunca hemos pasado el corte. Desde entonces nuestro estilo y nuestras concepciones musicales ha sufrido transformaciones. Este año, con el disco calentito, volvimos a enviar otro cd. Nosotros nunca hemos visto la música como un elemento competitivo; además, el Villa es otra cosa. Si hay un concurso en el que quisieramos estar es este, y lo conseguimos. Luego, tocar en Bilborock es una pasada: el trato es estupendo y el sitio perfecto. El día de la semifinal las sensaciones fueron buenísimas y nos quedó cierta esperanza de poder llegar a la final, aunque sabíamos que era complicado. Quedar segundos y conseguir el premio a la Mejor Banda de Euskal Herria, es una sensación increíble de reconocimiento al trabajo de muchos años», apunta Ina.

Trigger Travis

No tienen el perfil de banda que se presenta al Villa, quizá porque su estilo, jarkore, se orienta más hacia locales alternativos o simplemente porque llevan otra filosofía musical, pero el hecho es que el quinteto de Errenteria decidió enviar la demo y probar fortuna. Al final alcanzaron el tercer puesto en la sección pop-rock; Margari, su voz, se llevó el premio a la Mejor Voz del Villa y tocaron en dos ocasiones. No obstante, lo más importante, como en el caso de MunLet, es que dejaron al público a sus pies, entregado y reconociendo sus valores. «Cuando nos convocaron para la clasificatoria, llegamos al Villa como Paco Martínez Soria cuando llega a Madrid con el pollo debajo del brazo y el jamón. Bueno, con animales no, que Iñaki y Fres son vegetarianos; así que, con el humus y con el cuscús debajo del brazo», señala Margari Altolagirre, una voz y una determinación cautivadoras.

Dead Means Nothing

«Pensamos que teníamos posibilidades de ganar, pero, teníamos los pies en el suelo. Ya habíamos tocado con Sound of Silence, por lo que sabíamos que superarles iba a ser difícil. A Meridiam Zero no los había visto en directo, pero éramos conscientes de que tenían muchas probabilidades, ya que el heavy metal es un estilo que gusta. Después del veredicto, sí que nos llevamos decepción, ya que, a mi parecer, lo visto en los escenarios no se correspondía con el reparto de premios. Es lo que tienen los concursos, pero aún así estamos muy contentos de haber participado y, qué coño, ¡hemos ganado un tercer premio!», sentencia el navarro Guillermo Fernández, uno de los mejores baterías del Villa. El cuarto premio fue también para Nafarroa, Las Culebras, de lo más brillante del Villa.