Maite SOROA
La conversión de Fraga
El batiburrillo que se está organizando en las tripas de la derechona hispana es de los que hacen presagiar una digestión insoportable y un tránsito intestinal de los que se recuerdan durante toda la vida.
Ahora, desde «Abc» se dedican a canear al mismísimo Fraga, el que fuera un día elegido magister de la democracia y al que ahora Cesar Alonso de los Ríos devuelve a su turbulento origen. Con ironía, además.
Lean, lean: «Todo el mundo sabe que el Fraga totalitario y unitarista es ahora galleguista y partidario del monolingüismo. Obseso del poder ha saltado, de un modo desvergonzado, de la exaltación del Estado a su debilitamiento». ¡Esta es de las buenas!
Matiza De los Ríos que «por supuesto, nunca en términos tan radicales como algunos nacionalistas catalanes, vascos o el propio BNG» pero todo se andará porque «lo que se desconoce es que el viejo enemigo de las libertades ha buscado la justificación de este giro en Alfredo Brañas, el padre del galleguismo, tan representativo o más que Murguía o Castelao». Ya empieza a liarla el de los tirantes.
Según el columnista, «con el texto sobre Brañas («O rexionalismo de onte a hoxe» editado por el Partido Popular de Galicia), Manuel Fraga trató de ponerse al día en el galleguismo al tiempo que daba una versión no separatista de aquel. Así, insiste en que para el escritor posromántico Galicia era la `patria' mientras reservaba la consideración de España para el Estado. Este habría sido el `resumen de las viejas nacionalidades' a las que habría que devolver los poderes que perdieron al ser creado el `Estado unitario que comenzó con los Reyes Católicos'... Fraga atribuye a Alfredo Braña una personalidad similar a la de Almirall, el maestro de Pascual Maragall, y está de acuerdo con que Cataluña `aspire al reconocimiento de su personalidad y la solución de sus problemas específicos...' del mismo modo que Bretaña, el Canadá francófono, Flandes, Tirol del Sur o Córcega». Menos mal que no ha citado a las vascas (y a los vascos, claro). Desde luego, queda claro que Fraga se ha hecho separatista. Pronto dirán que también es rojo y masón. ¡Impresionante!