La confianza, en su justa medida, siempre es positiva y parece que la remontada conseguida in extremis ante la Real ha insuflado una buena dosis de fe en la permanencia en el Deportivo Alavés. Los números lejos de Mendizorrotza no ofrecen demasiadas garantías, pero los albiazules confían en que la resistencia que van a hallar por parte de los celestes no va a ser tan intensa como la que han encontrado en salidas pretéritas.

En cierto sentido, la confianza de los albiazules es normal, ya que la actual situación del Celta hace de Balaídos uno de los mejores estadios en los que jugarse la permanencia. No porque la plantilla gallega carezca de calidad y capacidad para ganar a los albiazules, que la tiene y mucha, sino porque a día de hoy el partido del domingo es un tema de tercer plano. Sin opciones de subir a Primera desde hace demasiado tiempo, el conjunto celtiña se ha abandonado bastante en lo deportivo, con 10 puntos de los últimos 30 posibles y con sólo tres victorias como local en toda la segunda vuelta.

Pero, al margen de aspectos deportivos, toda la atención en torno al equipo celeste está centrada en los problemas económicos que atraviesa la institución, que la ha llevado a solicitar entrar en un proceso concursal. Como en su día el propio Alavés, el Consejo de Administración del Celta se ha acogido a la ley concursal como vía para intentar reducir la deuda acumulada, que el pasado 30 de junio de 2007 estaba cifrada en 84 millones de euros.

Ello sin contar las pérdidas originadas por la temporada que está a punto de finalizar, que el club vigués terminará sin haber conseguido el ascenso a Primera, que era la opción principal para solucionar la caótica situación patrimonial.

Con estos condicionantes, la mente de los jugadores -unos de los mayores acreedores- está más pendiente de sus cobros o de encontrar acomodo en otros clubes que de un partido en el que, al margen de posibles primas de equipos inmersos en evitar la lucha por el descenso o la posibilidad de echar una mano a un equipo amigo como el Racing de Ferrol, no tienen nada suculento que ganar.

Sin competitividad

De todos modos, preguntado por si espera un Celta despistado por estos motivos, Ángel, uno de esos jugadores que conoce bien lo que implica una ley concursal, entiende que lo que más va a frenar al rival es la dinámica de no competir en la que se ha visto envuelto en los últimos partidos. «Quizá todo esto influye, pero más que que estén pendientes del concurso, de cómo funciona y de cuánto van a cobrar, el hecho de que ellos ya no compiten por nada, es lo que les hace estar más relajados. El tema de las primas y de que el Celta querrá terminar lo más arriba posible está ahí, pero de todas formas, estoy seguro de que el Celta no tendrá le tensión que tenemos nosotros y eso es lo que tenemos que aprovechar y lo que se tiene ver en el campo», declaró el de Béjar.

Precisamente, el lateral zurdo se presenta como una de las posibles novedades del once inicial que José María Salmerón introduzca en el once inicial respecto al equipo que ganó a la Real. Con Tarantino sancionado, Ángel es el único lateral zurdo, pero el almeriense podría colocar ahí a David Coromina.