Nikita Mikhalkov vuelve tras nueve años alejado de la realización, desde que hiciera su anterior «El barbero de Sevilla». Coincidiendo con la concesión del León de Oro Honorífico en la Mostra de Venecia, «12» fue nominada al Óscar de Mejor Película de Habla No Inglesa, además de triunfar en los premios del cine ruso, los llamados Águila Dorada, al obtener las estatuillas a la Mejor Película y al Mejor Actor (para todo el reparto al completo).

No se trata de un simple remake del clásico del recuperado Sidney Lumet «Doce hombres sin piedad», sino de una nueva adaptación de la obra de teatro original de Reginald Rose, que ya había llevado a los escenarios.

Mikhalkov la ha adaptado ahora a la actual situación que se vive en su país; por eso se juzga a un joven checheno, acusado de matar a su padrastro, un oficial de las fuerzas rusas de ocupación, mientras que en la versión norteamericana se juzgaba a un latino. La cuestión racial está abordada de forma mucho más compleja, debido a que los miembros del jurado pertenecen a diferentes etnias, y así se puede ver a un georgiano cuyo punto de vista se aleja del que defienden los moscovitas. El que quiere una sentencia rápida es un actor a punto de salir de gira.