Hamid Karzai logra buenas palabras, pero sólo una parte del dinero que pidió
El presidente afgano, Hamid Karzai, consiguió ayer en París 13.548 millones de euros para «reconstruir» su país, mucho menos de los 32.500 millones que reclamó. Buena parte de este dinero se destinará a financiar la modernización del Ejército y la Policía de Afganistán para combatir a los talibán. Sin embargo, Karzai tuvo que escuchar fuertes acusaciones de despilfarro y corrupción en la gestión de los fondos que ha recibido hasta ahora.
GARA |
La comunidad internacional, con EEUU a la cabeza, prometió ayer en París que otorgará 13.548 millones de euros para «la reconstrucción de Afganistán», aunque exigió que Kabul luche contra la corrupción y consolide «un Estado de derecho que todavía es precario». La cantidad prometida está muy lejos de la que pidió el presidente afgano, Hamid Karzai, quien reclamó 32.500 millones de euros.
Más de 80 delegaciones -68 estados y 17 instituciones internacionales- se reunieron bajo el padrinazgo del presidente afgano; del francés, Nicolas Sarkozy; y del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
Karzai fue especialmente insistente al mencionar la necesidad de ayudar a los agricultores para que dejen de cultivar la amapola de opio. El 90% de la producción mundial de esta planta se sitúa en Afganistán.
El presidente afgano admitió que la seguridad «sigue siendo el desafío más importante al que tenemos que hacer frente». 70.000 soldados extranjeros han sido enviados a Afganistán con el objetivo de frenar la insurgencia talibán. Para ello, cuentan con el apoyo de fuerzas afganas, cuyo nivel operativo es bastante limitado.
La esposa del presidente de EEUU, Laura Bush, confirmó que este país entregará 6.580 millones de euros los próximos dos años. La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, reconoció que la situación en Afganistán «sigue siendo muy frágil».
Sarkozy, por su parte, anunció «un reforzamiento de la ayuda francesa, que será más que duplicada». El Estado francés aportará 69 millones de euros hasta 2010.
Japón anunció una contribución de 354 millones de euros, mientras que Alemania aportará 270 millones de euros hasta 2010.
Australia ha prometido 161 millones de euros; Canadá, 387 millones de euros en tres años; Gran Bretaña, 774 millones de euros en cinco años. El Banco Mundial anunció que entregará 709 millones de euros en tres años.
El apoyo a Karzai, en cualquier caso, está condicionado a avances en la lucha contra la corrupción. El presidente afgano, además, tuvo que escuchar críticas a su gestión de la ayuda internacional.
«Llamo al Gobierno (afgano) a tomar medidas activas contra la corrupción y a practicar la transparencia y el buen gobierno», declaró Ban Ki-moon.
«Únicamente si se lucha contra la corrupción y si se impulsa un Estado de derecho más fuerte, nuestro apoyo será eficaz», insistió el responsable de la diplomacia alemana, Walter Steinmeier.
El ministro afgano de Exteriores, Rangeen Dadfar Spanta, respondió asegurando que la comunidad internacional también podía ser objeto de reproches. «Debemos ver cómo podemos reducir la amenaza de la corrupción en sus diferentes formas tanto en Afganistán como en el seno de la comunidad internacional», declaró.
El responsable de la diplomacia italiana, Franco Frattini, por su parte, apuntó a la mala gestión de una parte de la ayuda recibida.
La reunión de París supone la continuidad de encuentros similares que han tenido lugar en Tokyo en 2002, Berlín en 2004 y en Londres en 2006, donde ya hubo un compromiso para entregar 6.775 millones de euros.
Varias ONG han criticado que se priorice la asistencia en materia militar por parte de los estados occidentales, al tiempo que subrayaron la importancia de que estas promesas no se queden en palabras huecas.
Sin embargo, las cuestiones militares quedaron en un segundo plano en la reunión de París, ya que ya fueron tratadas en profundidad en la cumbre que la OTAN celebró en abril en Bucarest.
Karzai, en cambio, destacó que la seguridad será la prioridad principal de su acción de Gobierno. En este sentido, recordó que existen enfrentamientos prácticamente diarios con insurgentes talibán, que fueron expulsados del poder en Kabul en 2001, pero que mantienen un gran poderío militar y tienen el control de amplias zonas del país.
«Debemos hacerles frente», destacó Karzai, que subrayó la necesidad de acelerar la formación de las fuerzas policiales afganas, fuertemente criticadas por su ineficacia y su corrupción, y del Ejército (compuesto por más de 50.000 hombres), del que destacó que cada vez interviene en más operativos conjuntos con la OTAN.
El presidente afgano también destacó que «la lucha contra el terrorismo internacional necesita la cooperación internacional», en referencia a Pakistán, donde se sitúan las bases de la insurgencia talibán.