Hamas cumplirá un año desde que accedió al poder por las armas en Gaza tras 16 meses de tumultuosa cohabitación con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas (al-Fatah), después de vencer en las elecciones.

Desde entonces, el movimiento islamista se ha tenido que enfrentar a la carencia de combustible, a los cortes de electricidad y a la desasistencia sanitaria provocada por el bloqueo israelí a Gaza.

El primer ministro de Gaza, Ismail Haniyeh, reconoció, en declaraciones a France Presse, que éste ha sido «un año difícil», pero considera que Hamas ha dado pasos adelante.

Sin experiencia en gestionar un Gobierno antes de 2006, cuando venció en las primeras elecciones legislativas a las que se presentó, «Hamas ha tenido progresos y ha logrado el éxito en el ámbito administrativo».

Hamas -considerada una «organización terrorista» por Israel, EEUU y la UE- se ha marcado como prioridad mostrar al mundo que puede gestionar una Administración que cuenta con más de 20.000 funcionarios, según destacó el ministro adjunto de Información, Hassan Abu Hachich.

El Gobierno de Hamas en Gaza ha logrado también que funcionen los tribunales, ha puesto en marcha un cuerpo de Policía compuesto por miles de agentes, recauda impuestos y acaba de instaurar un sistema de racionamiento como modo de hacer frente a las drásticas reducciones de suministro de combustible provocadas por el bloqueo sionista. Todo ello ha supuesto un incremento de la seguridad en este territorio, que únicamente se quiebra debido a los continuos ataques del Ejército israelí.

De acuerdo con sus principios islamistas, han arrestado a los traficantes de drogas y han prohibido la difusión de pornografía por internet.

En el otro lado de la balanza, organizaciones de defensa de los derechos humanos han acusado a Hamas de reprimir violentamente a la oposición y de torturar a los miembros de al-Fatah que ha encarcelado. El movimiento islamista, por su parte, lanza la misma acusación hacia los dirigentes de al-Fatah que controlan Cisjordania hacia los miembros de Hamas.

Reconocimiento internacional

Junto a ello, Hamas ha logrado convertirse en un agente internacional. Israel ha asumido ya que las «negociaciones» derivadas del proceso de Annapolis impulsado por Bush que mantiene con la Autoridad Palestina de Abbas son un camino estéril y que está obligado a hablar con Hamas para lograr una tregua que suponga el fin del lanzamiento de cohetes al-Qassam contra posiciones sionistas en el Neguev. Hamas, a cambio, reclama que se levante el férreo bloqueo impuesto a Gaza y que cesen los ataques de la aviación israelí sobre este territorio.

Ambas partes han enviado delegaciones a El Cairo para hablar indirectamente a través de la intermediación del Gobierno egipcio. El jueves el general Amos Gilad, alto responsable del Ministerio israelí de Defensa, se entrevistó con el jefe de los servicios de información egipcios, Omar Suleimán, un personaje clave en este proceso de negociación, en el que Israel busca también la liberación del soldado Gilad Shalit, detenido por Hamas hace dos años.

Sin embargo la debilidad del Gobierno israelí, con un Ehud Olmert acosado por acusaciones de corrupción, puede provocar el fin de esta vía.

En este sentido, un sondeo de la Universidad Hebrea de Jerusalén publicado el jueves destacaba que el 68% de los israelíes está en contra de alcanzar un acuerdo con Hamas para lograr una tregua.