Empezaron a liarse con quién era víctima y quién no, quién merecía agasajo y quién olvido... y han terminado por complicarlo todo hasta terminar en un totum revolutum que no dará satisfacción, a buen seguro, a nadie.

Los de «El Mundo» fumaban en pipa por el anuncio de una nueva ley de víctimas de la actuación policial y sentenciaban en editorial que estos anuncios «no sólo empañaron el último trámite en la aprobación de esta norma de resarcimiento de las víctimas sino que alimentaron las críticas de la oposición por la `equidistancia' del Gobierno vasco». Dicen que esa ley «daría por buenas las torturas denunciadas pero no avaladas por sentencias judiciales». ¡Tienen la cara de cuero curtido!

Para el escribiente de «El Correo Español» y «El Diario Vasco», esta segunda propuesta «viene a demostrar que en la mente de demasiados políticos vascos persiste una concepción del terrorismo etarra como `expresión de un conflicto de raíz histórica y política' que en nada contribuye, sino todo lo contrario, a su deslegitimación». La cruda realidad les escuece. También en «ABC» ponían el grito en el cielo porque «el desafecto del Gobierno vasco hacia las víctimas del terrorismo no parece tener límites».

Y a los de «El País» les parecía que el Departamento de Justicia que dirige Joseba Azkarraga, de Eusko Alkartasuna, «empaña al final la ley de Víctimas».

Pero si quieren ver la guinda, atiendan a «Noticias de Gipuzkoa» para comprobar cómo ha caído el asunto en los jelkides. Buscan un culpable, que resulta ser el de siempre: «Se autoexcluyeron del Pleno, como lo habían hecho de su tramitación, los parlamentarios de EHAK, formación que asume el papel de una Batasuna descarrilada, sin el más mínimo ejercicio de juicio crítico, incapaces de dar un paso que contribuya a volver a encauzar las dinámicas políticas hacia un escenario sin violencia». No dice que las de EHAK estaban en Madrid, camino de ser víctimas de esa legalidad que algunos cumplirán a rajatabla. Y para coronar la tarta, se esforzaba el editorialista: «Son rechazables las actitudes de los partidos que ayer salpicaron la aprobación de la ley con su intención legítima de crear una dirección de víctimas de la policía. Simplemente no tocaba». A unos no les toda nunca. ¡Qué bochorno!