Después de un proceso participativo que se ha extendido durante cinco años, Euskal Herria cuenta ya con su propio currículum educativo para que sea implementado en los centros de enseñanza de todo el país. El Kursaal de Donostia acogió el acto de presentación y socialización de «Euskal curriculuma», en el que tomaron parte cientos de personas. En el recinto donostiarra se cerró ayer una etapa en el proceso «inacabado» de elaboración del currículum: el del plano teórico. Un trabajo que se puede leer y descargar en la página «ue.wikibooks.org/wiki/Euskal_Curriculuma», y que, ahora, entra a ser parte de una nueva etapa en la que se debe conseguir su implementación en los centros educativos del país. Una tarea que, aunque se encontrará con los obstáculos de la partición territorial y admnistrativa, será llevada a cabo por los mismos ciudadanos, agentes y asociaciones académicas y del movimiento popular que la han elaborado en un proceso cuyo mayor exponente ha sido su amplia participación.

Con tareas para el nuevo curso

Esta tarea de aplicación necesitará, según subrayó la representante de Hik Hasi Arantxa Urbe, de «una perspectiva integral y de las bases que se han mantenido en el proceso de diseño de Euskal Curriculuma: teniendo en cuenta la territorialidad y llevándola a cabo en auzolan».

Urbe subrayó que la segunda etapa del proceso que se centra en el currículum, cuyo pistoletazo de salida fue escenificado también en el Kursaal, deberá ser llevado a cabo en común, «dando la palabra al pueblo», y en toda Euskal Herria. Con objeto de concretar los fines propuestos para el próximo curso académico, la representante de Hik Hasi citó algunas de esas tareas: definir el currículum por etapas y niveles escolares; elaborar el diseño de formación para los educadores de hoy y del futuro; realizar nuevas herramientas pedagógicas; lograr que los centros educativos del país partan de esta herramienta para elaborar sus proyectos educativos; y mantener la evaluación y actualización del propio currículo.

Pero «dibujar el futuro de Euskal Herria» requiere de perspectivas estratégicas y mayores ambiciones y, en ese sentido, Arantxa Urbe expuso otro de los retos a lograr en años venideros y que responde a una necesidad que surge del propio documento: la creación de un Instituto para la Protección y el Desarrollo de Euskal Curriculum.

«Ese Instituto realizaría las evaluaciones, actualizaciones y mejoras del currículum; crearía las directrices para elaborar los recursos pedagógicos; se encargaría de la formación que requieren los educadores... Al fin y al cabo, sería el motor del currículum vasco», prosiguió, ofreciendo unas pinceladas sobre la función de la entidad que entiende que se necesitará en un futuro próximo.

Un trabajo «imprescindible»

De la misma forma que este currículum se entiende como «imprescindible» para el devenir de Euskal Herria con objeto de enseñar el ayer, el hoy y el mañana de este país desde una óptica nacional, el acto de presentación también estuvo dividido en tres partes.

Dirigido por la actriz Ane Ituiño, la presentación de Euskal Curriculuma arrancó con un video que repasaba la historia de Euskal Herria y, centrándose en el pasado cercano, «el proceso de desnacionalización» que ha padecido a manos de los estados español y francés y en el que el euskara fue uno de los objetos centrales de ese vilipendio, por ejemplo, durante la época del franquismo.

Después de un somero repaso histórico, el video trajo a colación la importancia intrínseca del currículo que se presentaba y cuyo proceso de elaboración también ha demostrado que «la ciudadanía va por delante en la defensa de los derechos educativos de los propios ciudadanos y ciudadanas vascos».

Si el reportaje ofrecía trazos del pasado, el presente del currículo lo mostraron la directora de la herri eskola de Leitza, Heleni Zabaleta, y la profesora de Huhezi Mariam Bilbatua, que repasaron el recorrido pedagógico de Euskal Curriculuma y explicaron tanto su funcionalidad como su potencialidad para seguir en la senda de la construcción de Euskal Herria.

Poco después llegó el turno de la actuación de Txan Magoa, quien con varios trucos de magia demostró, haciendo una comparativa con el proceso de elaboración del currículo, que «para ser vasco se requiere de fe, de imaginación y de ilusión».