Paso adelante para regular los cabotajes dentro de la UE
Los Veintisiete han acordado medidas para el transporte por carretera que permitirán a los transportistas efectuar hasta 3 operaciones de cabotaje -transporte de mercancías dentro de un Estado miembro por parte de una compañía establecida en otro- a lo largo de una semana. También el transporte de pasajeros podrá introducir el cabotaje en líneas regulares.
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El paquete de medidas para la armonización del transporte por carretera en Europa acordado por los Veintisiete, que requiere de la aprobación del Parlamento para su entrada en vigor, no contempla la liberalización total del cabotaje, pese a que la Eurocámara reclama que se haga en 2014.
El texto de compromiso presentado por la presidencia eslovena y que recabó el respaldo de los ministros de Transporte reunidos en Luxemburgo, establece que los transportistas que se encuentren en un Estado miembro distinto al de su base tras un viaje internacional podrán llevar a cabo un máximo de tres trabajos domésticos en un periodo de siete días.
Estas operaciones de cabotaje no deberán realizarse necesariamente en el estado de destino, ya que permite flexibilidad para que una de ellas pueda realizarse cuando cruce otro Estado miembro.
La cuestión del cabotaje ha provocado una fuerte división entre los estados miembros. Para satisfacer a los más reticentes, el texto incluye una cláusula de crisis para que los gobiernos puedan frenar el cabotaje si se dan distorsiones en el mercado, aunque si éstas no se producen Bruselas está llamada a proponer una mayor liberalización, tal y como defiende la Eurocámara.
En la actualidad, difiere de un estado de la Unión Europea a otro la manera en la que los camioneros pueden realizar el cabotaje. De manera general, se suele permitir esta práctica a razón de unos 30 días al año. La Comisión propuso eliminar las restricciones al cabotaje con la intención de aumentar las posibilidades de que los transportistas no tengan que llevar el contenedor vacío en el viaje de vuelta a su país de origen.
La nueva norma sobre cabotaje obligará a Bruselas a realizar un informe sobre la situación del mercado y, si lo ve necesario, a presentar nuevas propuestas para liberalizarlo más. El ministro esloveno de Transportes, Radovan Zerjav, indicó que el acuerdo alcanzado es importante en aras a reducir el número de viajes de camiones vacíos y para permitir «una contribución muy importante al recorte de emisiones contaminantes».
Además, aseguró que el paquete, que agrupa tres directivas europeas, contribuirá a «crear un mercado transparente, competitivo y más seguro».
Las normas, que armonizan las condiciones de trabajo del sector y el acceso a la profesión, establecen entre otras disposiciones que un gestor podrá tener a su cargo hasta cuatro empresas de transporte con un total de cincuenta vehículos.
En el caso del transporte de pasajeros, liberalizado para los servicios discrecionales, existe la posibilidad del cabotaje en las líneas regulares, lo que permitirá, por ejemplo, que un autobús que una dos capitales de la UE de forma habitual pueda efectuar servicios en otro Estado por el que atraviese en el transcurso de su viaje, sin necesidad de obtener un permiso especial.
Además del reglamento sobre transporte de mercancías, los ministros de Transporte de los Veintisiete aprobaron también una norma sobre acceso a la profesión de transportista y otra sobre el transporte internacional de pasajeros en autobuses y autocares. El objetivo de este paquete es modernizar las reglas.
El reglamento sobre acceso a la profesión de transportista obligará a todos los Estados miembros a crear registros electrónicos de las empresas de transporte, en los que aparecerán el nombre, la dirección de la compañía y su gestor. También se incluirán las infracciones graves (a partir de 2016) o muy graves (2012) que hayan cometido los transportistas, y si se ha inhabilitado al gestor, para impedir que pueda ir a trabajar a otro Estado miembro.
La creación de este registro y la cuestión relativa al cabotage han constituido los puntos más espinosos en las negociaciones. Algunos gobiernos temían que la reducción de las restricciones sobre el cabotaje permita a las empresas de otros estados con condiciones más competitivas perjudicar a los de su territorio.
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