EUROCOPA Tercer semifinalista
Rusia asombra al mundo y hace disfrutar con su juego
Antológico partido de los de Hiddink, que guiados por «el Zar» Arshavin fueron muy superiores a Holanda
Beñat ZARRABEITIA | BILBO
Espectacular. Sólo así se puede calificar a la grandísima exhibición que dio Rusia ayer ante Holanda. Los de Hiddink fueron tremendamente superiores a los orange merced a una demostración táctica y de juego como pocas se recuerdan en un fútbol tan encorsetado como el actual. De hecho, en la mente de quienes tuvieron el privilegio de ver todo el encuentro es probable que se haya instalado la percepción de haber asistido al salto de calidad de un combinado que dará mucho que hablar en los próximos años. En ese sentido, la renovación de Hiddink hasta 2010 también es una garantía. Rusia asombró al mundo, nada que ver con el débil equipo que perdió 4 a 1 ante España el primer día. A la conclusión del mismo, el técnico dijo que ellos habían sido «su peor enemigo» y el tiempo le ha dado la razón. Para ello, otro factor ha sido clave: el regreso de Arshavin.
El mediapunta del Zenit estuvo ausente los dos primeros choques por sanción, pero su vuelta le ha dado otra dimensión al equipo, que ya mejoró mucho ante Suecia, y le ha proporcionado esa brújula de alta gama que echaron en falta en su estreno. Se trata de un jugador peculiar. Es pequeño, parece que roza el sobrepeso y da la impresión de ir andando por el césped, pero es buenísimo. De gran calidad, domina el juego, es listo, gestiona perfectamente los esfuerzos y su fortaleza y rapidez no cuadran con su físico.
El Arsenal ha preguntado por él, aunque en el Zenit gana dos millones al año, y parece que estamos ante una estrella mundial. La calidad e inteligencia que conjugó en la prorroga para fabricar el segundo y tercer gol de su equipo así lo atestiguan.
De cualquier manera, Arshavin no está sólo. Roman Pavlyuchenko, un delantero que ante España pareció una versión mejorada del ex realista Jankauskas, también realizó un trabajo descomunal. Bien de espaldas, inteligente en todas sus acciones, con caída a banda y buen disparo de corta y media distancia. Él fue el autor del primer tanto del partido. Un gol merecido, ya que Rusia fue superior a Holanda en todo momento.
Hiddink planteó un partido perfecto en lo táctico y ahogó la salida holandesa. No contento con eso, su equipo gozó de la pelota, se fue sintiendo cada vez más cómodo y aprovechó el factor sorpresa de las llegadas de Anyukov -'el Alves del Este'-, los potentísimos disparos de Kolodin desde fuera del área y las espectaculares prestaciones de Semshov, Semak y Saenko.
El juego ruso era sensacional, pero una vez que se adelantaron en el marcador, no terminaron de cerrar el choque en alguna de las muchas opciones que tuvieron y eso se paga. Más, cuando el equipo rival tiene un delantero como Van Nistelrooy, que remató una falta magníficamente botada por Sneijder. Y es que la contención de estas acciones supone la mayor carencia rusa.
Tras el empate apenas restaban cuatro minutos y daba la sensación que Holanda estaba mejor en lo físico y lo anímico. Nada más lejos de la realidad, en cuanto comenzó el tiempo extra, Rusia se volcó y generó infinidad de ocasiones. Así, hasta que Arshavin creó dos acciones de auténtico genio, la primera culminada por Torbinski, y metió a su equipo en semifinales.
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Los tres primeros emparejamientos de cuartos de final han dejado una conclusión clara, que los equipos que habían quedado primeros en la fase de grupos -Portugal, Croacia y Holanda- han caído eliminados. Circunstancia que podría repetirse hoy con España.