Raimundo Fitero
Paradojas
Bea se ha casado. Debe ser una noticia importante para Tele 5 porque yo me enteré de ello en el final de uno de sus noticieros. Además, la pusieron en horario de máxima audiencia, lo que significa que fue una apuesta estratégica. Bea, transformada, en bella joven si complejos, casada, no sin un cierto morbo en el momento de la verdad. Y empieza la cascada de paradojas: el actor que hace de padre de la hacendosa Bea en la serie de Tele 5, Vicente Cuesta, con una larguísima trayectoria en los escenarios, nunca había tenido un sitio en ningún programa de masaje y exaltación del personaje y la persona, hasta la otra noche que apareció en «La Noria». No es algo que pueda ponerse en el currículum, pero al menos, unos cuantos telespectadores conocieron al actor que había detrás. Lo que transmitió en la entrevista es que nadie le llama por su nombre de pila, sino por el nombre del personaje, lo que es un síntoma del éxito alcanzado por la serie y por toro es, como diría los Simpson, una multiplicación exitosa por cero, es decir la desaparición civil.
La serie continúa sin estos personajes, la vida continúa, con todas las emociones que nos inducen desde la televisión y los medios de comunicación, con las imágenes de un congreso político en un lugar inmenso, que confirma que seguiremos sufriendo las deficiencias de dicción de Mariano Rajoy. Pero aparecerán otros productos mediáticos que irán desgranando las consignas. Un deporte, dos deportes, tres deportes. Un descanso.
La otra paradoja es que La 2 retransmita en directo la inauguración del festival de Teatro Clásico de Mérida. Asunto que nos parece importante desde uan televisión pública. Pero los contenidos son los que nos descolocan. Muy bien que se programen los coros y la orquesta de Extremadura. Vale, Nuria Espert, forma parte de su historia. Pero que aparezcan en tan magno espacio, para tan importante circunstancia con tanta tradición, Andreu Buenafuente, con su sobrino Berto y el Follonero, no lo podemos comprender.