En una entrevista concedida a GARA durante la celebración en la ciudada brasileña de Belém (Estado de Pará) de un coloquio internacional la democracia en la América Latina, José Pimentel se refirió al proceso autonomista de Santa Cruz, que se ha repetido en Beni, Pando y ayer mismo en Tarija, para señalar que lo que «las élites departamentales quieren en una autonomía únicamente departamental paraconcentrar el poder» y critica, por considerarlo una «injerencia», que se haya utilizado el Estatut de Catalunya para insertarlo en Santa Cruz.

Algunas de las últimas noticias sobre Bolivia que nos llegaron a Europa fueron las relacionads con el referendo autonómico en Santa Cruz, al que han seguido otros. ¿Cuál es la situación actual?

Consideramos que el supuesto referéndum en Santa Cruz no es una figura reconocida por las leyes bolivianas. Es simplemente una encuesta, un acto de fuerza. Se ha visto que Santa Cruz está profundamente dividida. El 50% de la población no ha apoyado el referendo por el estatuto autonómico. Al contrario, éste ha obtenido diferentes gra- dos de rechazo, como ha sido la abstención militante de los sectores afines al presidente Evo Morales que han evitado que en comunidades enteras haya habido votación. También ha habido abstención pasiva de gente que no votó en los lugares donde sí había votación. Pero lo peor del resultado de los autonomistas es que después no ha pasado nada, porque según la pregunta de la consulta la aplicación de la autonomía era inmediata. Eso significaba para muchos un Estado autonómico de facto pero no han tenido la fuerza ni la capacidad de implantarlo. Santa Cruz sigue siendo un departamento de Bolivia y sigue sometido a las leyes del Estado nacional.

Sin embargo, en Europa ha trascendido que el presidente Evo Morales va a tener en cuenta los estatutos de autonomía para los departamentos.

En ningún momento ni el presidente Morales ni el MAS se han opuesto a las autonomías departamentales. Pero la visión autonomista tiene que ser mucho más amplia. Los departamentos son instituciones políticas creadas por leyes, no sólo responden a alineamientos de carácter étnico, cultural, no responden a conjuntos geopolíticos o económicos, si no serían fronteras muy artificiales. Por eso no se puede hablar sólo de autonomías de carácter departamental sino ver también las autonomías indígenas y las viejas autonomías de carácter municipal. Todo eso el MAS lo ve como globalidad de diferentes autonomías y no se reduce a las autonomías departamentales. Al contrario, las élites en los departamentos quieren una autonomía únicamente departamental para concentrar el poder. Desvirtúan así el espíritu autonómico del que hablan, porque sería concentrar el poder de los departamentos en la capital y de nuevo dejar a las provincias y a los municipios moverse al son de lo que diga la capital del Departamento.

¿Han constatado injerencias de EEUU o de fundaciones alemanas en este proceso autonomista o separatista?

Lamentamos que se haya utilizado el Estatuto de Catalunya para ser insertado en Santa Cruz. No sé si habrá una intencionalidad, un apoyo de los propios catalanes en este propósito, pero el hecho de que se pretende insertarlo ya nos parece una manera de injerencia. Por otra parte, ha habido algunas actitudes del embajador norteamericano que realmente han dado apoyo a los procesos autonómicos. Se han hecho públicas las visitas del embajador a estos cuatro departamentos, las entrevistas y las cenas han sido formales. Además, desde hace años, la embajada norteamericana tiene un proyecto de apoyo al desarrollo de Bolivia que lo maneja el USAID, cuyos contenidos y recursos nunca han sido destinados al reconocimiento del pueblo boliviano. Por eso, el compañero Morales ha señalado claramente que muchas de las iniciativas de los prefectos y de los comités cívicos están financiados por el USAID.

¿Qué significa para usted el socialismo del siglo XXI?

Soñamos con el socialismo entendido como la igualdad plena y total de los individuos en cuanto a oportunidades y naturalmente ésta es una utopía. Porque eso significa tener los subsiguientes recursos del desarrollo propio y de la humanidad, como lo había planteado Marx, y creo que todavía no hemos llegado a este momento. Mientras tanto, el socialismo debe ir eliminado las discriminaciones y marginaciones buscan- do la justicia social. Es un largo proceso crear también una cultura de humanidad y de solidaridad para el ser humano. Creo que por ese camino vamos avanzando hacia esta utopía.