La desesperación lleva a 70 inmigrantes a arrollar a la Policía para entrar en Melilla
GARA |
La desesperación por labrarse un futuro mejor llevó en la madrugada de ayer a un grupo de unos setenta inmigrantes a arrollar a las policías marroquí y española del puesto fronterizo de Beni-Enzar para entrar en Melilla de camino a Europa. En las horas siguientes fueron detenidos sesenta de ellos, todos de origen subsahariano, que se habían escondido en los bajos de vehículos, en contenedores de basura y en los árboles.
En esta zona, el perímetro fronterizo está reforzado por dos vallas de seis metros con un entramado de alambre de acero en el centro, pero en esta ocasión, los imnigrantes no saltaron la alambrada sino que entraron en Melilla a la carrera por su principal paso.
Alrededor de 500 inmigrantes arribaron a las islas de Sardinia y Lampedusa, mientras que la Policía italiana encontró muerto a un iraquí que viajaba junto a otros cinco escondido en un remolque de un camión llegado a Venecia en un barco procedente de Grecia. Y en las últimas horas, dos pateras con 75 y 35 inmigrantes a bordo llegaron a la localidad granadina de Motril, tras ser interceptadas frente a su costa.