José Pablo Arriaga convierte la isla Garraitz de Lekeitio en una gran sala de exposiciones
El artista ha instalado quince de sus esculturas de madera en Garraitz bajo el título «Therese...». Esta peculiar exposición se puede visitar hasta octubre, eso sí, sólo con marea baja.
El escultor José Pablo Arriaga (Markina, 1969) ha instalado quince de sus obras, hechas en madera de iroko tratadas al fuego, en la isla de Garraitz, de Lekeitio, a la que sólo se puede acceder cuando la marea está baja.
El original emplazamiento para la exposición, denominada «Therese...», en recuerdo de una niña africana muerta que el artista conoció en sus viajes por el continente negro, y que permanecerá abierta hasta el mes de octubre, ha sido elegido por considerarlo «un lugar privilegiado para la contemplación de las obras», según informó el Ayuntamiento de Lekeitio en un comunicado.
Las quince obras que componen la exposición, que sólo podrá ser visitada por la gente cuando la marea baja permita caminar desde tierra firme hasta la isla, han sido realizadas por el artista de Markina en 2006. Las esculturas recorren el perímetro de la isla y los visitantes cuentan con un plano que indica donde está situada cada una de las obras y el horario de mareas.
Así, el espectador se encontrará un tronco que le indicará el punto exacto para tener la mejor perspectiva de la obra y una chapa explicativa de la misma.
Naturaleza y tradiciones
Arriaga profesa un gran respeto por la naturaleza y las tradiciones y costumbres de los lugares que ha visitado (como distintos países de África), lo que le lleva a utilizar materiales nobles, como la madera de iroko, en sus esculturas y muebles.
El iroko es una madera de procedencia africana, que se da en una amplia área que abarca desde Costa de Marfil hasta Angola, por la parte occidental, y desde Sudán a Mozambique, por la oriental. Procede de un árbol muy grande, de tronco cilíndrico y liso, y su madera tiene un color que varía entre el pardo amarillento y el pardo oscuro. Es parecida a la teca, pero su textura es más gruesa; es algo más ligera y carece del olor característico y del tacto grasiento de ésta, y, a pesar de no ser demasiado fuerte, se puede comparar con la teca por las demás propiedades. Por sus características, suele ser empleada en la construcción de botes y de otras embarcaciones, en mostradores y bancos, tableros contrachapados, carpintería exterior, parquets y tarimas, entre otros usos.