Nuevos combates estallaron ayer en el norte de Líbano entre miembros de grupos políticos rivales, provocando el temor de que el país árabe caiga de nuevo en una ola de violencia en el momento en el que la oposición prosiria y el Gobierno prooccidental están a punto de formar un Ejecutivo de unidad nacional.

Los enfrentamientos en la ciudad de Trípoli provocaron un muerto ayer por la mañana, elevando a seis el balance de fallecidos, tras la muerte de un herido por la noche, declaró un responsable de los servicios de seguridad.

Tras una tregua de varias horas obtenida gracias a un acuerdo que prevé la retirada de los combatientes y el despliegue del Ejército, volvieron los combates a Trípoli.

Así, se registraron disparos de lanzacohetes y de armas automáticas en los barrios populares de Bab al-Tebbaneh y Jabal Mohsen.

Varias casas y una estación de servicio resultaron quemadas, mientras que el Ejército tomó posiciones en torno a la zona para tratar de contener la violencia y para proteger a los civiles.

«La situación no está en calma y continuamos esforzándonos para detener la violencia», señaló un portavoz del Ejército.

«El Ejército está haciendo todo lo posible, pero los partidos que llegaron a un acuerdo el domingo no lo han respetado y no se sabe cuál es exactamente el origen de los enfrentamientos», añadió el portavoz militar a France Presse.

Retraso del Gobierno

La formación del Gobierno libanés de unidad nacional, mientras, se retrasa, según señaló el primer ministro, Fouad Siniora, en una entrevista publicada ayer en el diario austriaco «Der Standard».

«La puerta no está cerrada, pero tampoco sigue abierta. Está a la mitad», indicó Siniora, que participó ayer en una conferencia de donantes en Viena para la reconstrucción del campo de refugiados palestino de Nahr el-Bared, situado, precisamente, en las inmediaciones de Trípoli.

«No salimos en los medios porque creo más en la diplomacia de la discreción, que es la que hemos practicado. Y eso todavía va a durar un rato», añadió Siniora. El acuerdo de Doha prevé la formación de un Gobierno de unidad nacional de 30 ministros.