Los arrantzales de Gipuzkoa han vuelto a citarse el próximo fin de semana para estudiar si el sistema de cuotas que han decidido seguir ha tenido los efectos deseados.

El pasado sábado, la Federación de Cofradías de Pescadores de Gipuzkoa comunicó que la flota había acordado fijar un cupo semanal de capturas de 6.000 kilos de atún rojo por barco, de forma que no salgan a la venta más de 60.000 kilos diarios. Pretenden así «regular los precios», después de la «caída brutal« que experimentaron el viernes pasado, al bajar de 5 ó 6 euros a 2,80.

Fuentes de las cofradías afirmaron que ayer los precios ya subieron ligeramente hasta los 3 euros y relacionaron la bajada de precios con campañas de organizaciones ecologistas para que «las grandes cadenas comercializadoras no compraran atún rojo». Los arrantzales critican que esas agrupaciones no distingan en sus mensajes entre el atún capturado en el Cantábrico y el procedente del Mediterráneo, donde se da «sobreexplotación».