En el diario en la red «Periodista Digital» pulula un autodenominado «Grupo de Estudios Estratégicos» que se ubica un poco a la derecha de Primo de Rivera y dedica sus esfuerzos a orientar al PP en su andadura.

Ayer le zurraban de lo lindo a Rajoy porque «todo allí (en el Congreso de Valencia) ha girado sobre la desideologización del conservadurismo español; todo ha girado sobre las actitudes de moderación, flexibilidad, consensuabilidad, pactismo y amabilidad, que parece ser que es lo que define al centrismo». O sea, que son unos blandibús.

Para que no asome ninguna duda, el analista del GEES destacaba que «el único discurso de marcada naturaleza ideológica, el del presidente de honor del PP, José María Aznar, ha sido rápidamente despachado por la oficialidad con un despropósito mayúsculo: `Aznar ya no está en política'. No sólo es falso porque el aznarismo siga cosechando adeptos -y muchos- en las filas del PP, sino porque expresa claramente una concepción que rebosa miseria de lo que es la política: un espacio donde no tienen cabida las ideas, ni donde las ideas pueden jugar papel alguno». Tiran a dar.

Lo que denuncian los del ultraperiodismo montaraz es que Mariano Rajoy ha vaciado de ideología al partido y que ahora navega sin rumbo, como lo hacía el holandés errante. Lean, lean: «Este congreso de Valencia ha dejado las cosas definitivamente claras: el PP no quiere ideas. Aún peor, el actual PP no admite que otros, entre sus filas, las tengan. Ha optado por el modelo de San Pedro y negar al padre, así como por la desmemoria histórica. Génova se ha liberado de un pasado que vivía con pesar». ¡Qué mal están las cosas en ese jardín!

Y, al final, la sentencia: «Desde este momento toda la responsabilidad, para bien o para mal, de lo que se cueza en el PP será completamente atribuible al nuevo equipo y a su máximo responsable, Mariano Rajoy. Así como Colón no es responsable de los males migratorios que aquejan a España, que no se crean que vamos a tragarnos que su posible batacazo se lo deben a Aznar. Desplazados los ideólogos a favor de los apparatchiks, hasta Lassalle, el del pensamiento blando, ha cedido protagonismo. Y ya se sabe cuál es la línea oficial: Aznar no está en política. Se han puesto ellos mismos solos ante el peligro». Para mí que a éste se lo van a merendar.