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Crónica | Recibimiento en Loiu

Amor y solidaridad para los 397 pequeños de Chernobil

Ongi etorri Mariana» rezaba la colorida pancarta tocada con globos con la que una de las casi 400 familias vascas que acogen a niños ucranianos durante el verano expresaba el ejercicio de solidaridad que cada año se escenifica en el aeropuerto de Loiu y que se prolonga durante dos meses. Los niños de Chernobil ya están en Euskal Herria.

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Kepa PETRALANDA

Miraban a todos los lados con desconfianza, mientras sólo alguno se atrevía a responder de manera tímida al saludo que le hacían desde el otro lado de la valla. Y es que, pese a todas las mejores intenciones, habría que ponerse en el pellejo de los pequeños para hacerse una idea de lo difícil de la situación.

Conformaban el primer grupo de los tres que iban a llegar ayer al aeropuerto de Loiu y el grueso lo integraban los más pequeños; seis años de edad y primera ocasión en que salen de sus casas y abandonan a sus seres queridos, para recalar en familias que conocen en un aeropuerto, hablan idiomas diferentes, y con las que se van, así, de golpe y porrazo.

A ello hay que añadir la paliza de un viaje que se inicia, en algunos casos, doce horas antes. Todos los críos viven en el entorno de Chernobil y son recogidos en autobús, para llegar posteriormente al aeropuerto de Kiev. Luego les quedan no menos de cinco horas de vuelo que, en el caso de ayer, acumuló un retraso de tres horas.

Así las cosas, el momento en el que los críos salen por la puerta de llegadas, una vez cumplimentado el papeleo y se ven rodeados de mucha gente que les aplaude, debe ser bastante duro. En el caso de quienes llegan por primera vez, además, no conocen a las familias que les acogen.

Abrazos, besos y lágrimas

Tampoco las familias acogedoras saben, inicialmente, quién va a irse con ellos en coche a casa durante los próximos sesenta días, por lo que se establece una suerte de tensión que finalmente se alivia con abrazos, besos, lágrimas y bocetos de conversación, mayormente acompañada de lenguaje gestual.

Valeria, Marina, Viktor... todos los integrantes del primer grupo, el de los más pequeños, fueron recogiendo la bolsa con la que se les obsequia a la llegada, y flanqueados pos sus nuevas familias hacia los aparcamientos, rumbo a sus destinos.

397 niños ucranianos son los que convivirán este año en familias de Hego Euskal Herria, siete más que el pasado año. Chernobil Elkartea ha valorado positivamente esta cifra de acogida, teniendo en cuenta, además, que pocos meses atrás hubo dificultades para cuadrar el número de familias necesarias.

Transcurridos más de 22 años del accidente nuclear, es muy conveniente que estos niños salgan una temporada hacia espacios no contaminados. Quienes llegan a Euskal Herria proceden de familias sin recursos que intentan paliar esta situación generalizada con mucha dignidad.

La asociación Chernobil, iniciativa sin ánimo de lucro que pretende ayudar a menores ucranianos aquejados por los efectos de la explosión de la central nuclear, es la entidad que gestiona la acogida de estos casi 400 niños.

No son, sin embargo, los ucranianos los únicos críos destinatarios de la solidaridad vasca. Se calcula que son más de 1.500 los niños procedentes de Rusia y Bielorrusia, que junto a los ucranianos y saharauis pasan el verano en familias de Hego Euskal Herria, por iniciativa de diferentes colectivos y ONG como la ya aludida, junto a otras como Chernobilen Lagunak, Kainabera, Izaki, Ekialde, Acobi o Bikarte. El pasado año hubo también una experiencia de acogida de niños palestinos.

Sin plazas para saharauis

Durante la jornada de ayer se repitieron los llamamientos de urgencia para acoger a un total de 40 niños saharauis que han llegado estos días a Euskal Herria y para los que no hay familias asignadas.

En el caso de los niños procedentes de los campamentos de refugiados de Tindouf, el programa cuenta con la colaboración de la Delegación del Frente Polisario en Euskal Herria para la tramitación de los visados de corta duración y del pasaporte colectivo donde vienen identificados los menores. Durante este verano, el número de menores saharauis que se iban a trasladar a Hego Euskal Herria superaba los 500.

En cuanto a los saharauis, una vez terminada la estancia en las familias, se plantea el regreso ineludible a su país de origen, sin la posibilidad de iniciar trámite alguno de adopción o tutela. Ayer se trabajó desde diferentes instancias para lograr que estos saharauis pudieran quedarse entre nosotros, intentando captar de manera urgente familias dispuestas a acogerlos. Se hizo público un número de contacto -José Luis Díez Pintado- en el teléfono 616 30 20 12, para los interesados en acoger.

 

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