Los herederos de Milosevic apuntalan el Gobierno pro-occidental de Serbia
El presidente serbio, Boris Tadic, podrá mantener su rumbo pro-occidental. El SPS, fundado por Milosevic en plena desintegración de Yugoslavia, ha accedido a entrar en el futuro Ejecutivo. Los herederos de «Slobo» no dudan en aliarse con sus enemigos históricos en un intento de sobrevivir políticamente bajo el paraguas de la Internacional Socialista. Era algo impensable hasta hace meses, pero todo es posible en Serbia.
GARA |
Serbia tendrá un nuevo Gobierno tras el sorprendente acuerdo entre la coalición liderada por el presidente, Boris Tadic, y los herederos de Slobodan Milosevic, reconciliados para acelerar el acercamiento a la UE.
El acuerdo entre el SPS y la coalición presidida por el DS de Tadic pone fin a cuatro meses de crisis política que desembocaron el 11 de mayo en elecciones adelantadas, en los que venció el bloque del presidente.
Profundas divergencias sobre las relaciones con la UE tras la declaración de independencia de Kosovo, proclamada el 17 de febrero, provocaron el definitivo estallido de la alianza de Tadic con el DSS del primer ministro Vojislav Kostunica.
La decisión del SPS supone un giro copernicano de la formación heredera de Milosevic, muerto en 2006 en su celda de La Haya mientras era juzgado por el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY).
«Nuestra decisión puede provocar la incomprensión de una parte de nuestro electorado (...) pero se trata de un gran retorno del SPS a la escena política y de una oportunidad para un nuevo renacer» de la formación, declaró su líder, Ivica Dacic.
Rivalidad histórica
Aunque la alianza entre el SPS y el DS era evocada desde hace semanas, no deja de resultar sorprendente. Sella la reconciliación de fuerzas políticas ferozmente enemigas durante años. El DS, dirigido por aquel entonces por el primer ministro Dzoran Djindjic -muerto a su vez en atentado en marzo de 2003-, jugó un papel central en la detención y en la extradición de Milosevic al TPIY. La dirección del DS, que desde la misma noche electoral mostró sus preferencias por una alianza con el SPS, se reunió ayer tras la luz verde de la dirección de este último partido.
El presidente Tadic tenía previsto proponer tras este cónclave interno al próximo primer ministro y el nuevo Gobierno, «que será formado de forma inminente», según anunció Dacic. Los medios de comunicación serbios incluyen en los últimos días en las quinielas al ministro saliente de Finanzas, Mirko Cvetkovic, y al titular saliente de Exteriores, Vuk Jeremic.
Paralelamente, el nuevo Parlamento se reunió en sesión extraordinaria para elegir al nuevo presidente de la Asamblea, cargo que recaerá presumiblemente en un dirigente del SPS.
Suspiro de alivio en la UE
La perspectiva de un gobierno pro-occidental en Belgrado ha sido recogida con alivio en Bruselas, que temía una llegada al poder de los panserbios del SRS en coalición con el unionista y ex primer ministro Kostunica.
Antes de alcanzar un acuerdo con la coalición liderada por Tadic, el SPS coqueteó con el SRS y el DSS de Kostunica. Pero las negociaciones fracasaron por el giro pro-UE de los herederos de Milosevic, que se oponían a la proposición de sus dos interlocutores para congelar las relaciones con Bruselas hasta que los países de la UE que han reconocido la independencia de Kosovo no dieran marcha atrás.
Tras las legislativas del 11 de mayo, el DS dispone en el Parlamento de 102 del total de 250 diputados. Con los siete de las minorías húngara y albanesa y los 20 del SPS se asegura una mayoría cómoda en la Cámara.
«Esta decisión podría provocar grandes divisiones dentro del partido e incluso una escisión», advertía recientemente Milan Nikolic, analista del Centro de Estudios Políticos. El experto hacía referencia a la gran hostilidad latente en el seno del SPS hacia el DS del presidente Tadic
La vieja guardia, fiel a la memoria de Milosevic, no ven con buenos ojos esta alianza, defendida por los jóvenes valores reformadores, liderados por el actual máximo dirigente del partido, Ivica Dacic.
«El grupo de jóvenes socialistas alrededor de Dacic parece hoy mayoritario en el partido», constata Nikolic, quien añade que estos reformistas tienen la convicción de que su partido estaría abocado a la pura y simple desaparición si no cambia radicalmente su estilo e imagen.
Pero tienen en frente a una dura oposición, liderada por Mihajlo Markovic, uno de los fundadores del SPS.
Markovic advirtió recientemente de una grave crisis si el partido abandonaba a sus aliados «naturales», el SRS y el DSS.
El acuerdo de gobierno puede además torpedear la reciente alianza entre SPS, SRS y DSS para la Alcaldía de Belgrado.
Markovic, defensor acérrimo de Milosevic en los noventa, representa la corriente de la vieja guardia que quiere seguir fiel a las viejas consignas, las mismas que llevaron a Serbia y a su partido a la grave crisis del año 2000. Dacic cuenta, por su parte, con el aval de los líderes de sus dos socios de coalición, el Partido de los Jubilados y el Partido por una Serbia Unida.
Todo apunta a que no hay marcha atrás en el giro del SPS. Dacic no ha abierto la boca tras la detención, el 11 de junio pasado, del antiguo jefe de la Seguridad de los serbios de Bosnia en Pancevo, cerca de Belgrado, y su entrega al TPIY, que le acusa de crímenes de guerra.