GARA > Idatzia > Kultura

Sonia Rueda sacude las conciencias con la muestra «Muros de la vergüenza»

La artista vizcaina expone en el Museo de Euskal Herria de Gernika una muralla formada por imágenes que aluden a los 18.000 kilómetros de barreras físicas que impiden la libre circulación de la gente en distintos puntos del planeta. Son obras etéreas, de acabado imperfecto, que pretenden llamar la atención y remover las conciencias del espectador.

p048_f01_.jpg

Karolina ALMAGIA | BILBO

En el mundo hay contabilizados una veintena de muros, barreras físicas construidas por el ser humano con el fin de encerrar a un pueblo, una raza, un continente, una clase social. Cuando los ojos de Sonia Rueda (Barakaldo, 1964) se posaron en el gráfico que, desde la página de un periódico, daba detalles sobre cada punto en el que se erigen estos 18.453 kilómetros de barreras, algo se movió en su interior.

Fue el detonante del proyecto «Muros de la vergüenza», que arrancó el año pasado y ha culminado en una exposición que puede verse en el Museo de Euskal Herria de Gernika hasta el 27 de julio y que itinerará por distintas localidades durante dos años. «Para mí, el arte es una manera de conocer: de conocerme yo y de conocer cosas y realidades. Realmente, yo no tenía una información ordenada sobre los muros que hay en el mundo, sobre los diferentes conflictos, pero, después de ver este gráfico, me obsesioné con el tema», recuerda la artista.

Investigando en internet, Sonia Rueda fue recabando testimonios e imágenes sobre cada zona afectada por las barreras. Y se encontró con muros conocidos, como los de Palestina, Belfast o las fronteras de Estados Unidos y Ceuta y Melilla, y muros ignorados por los medios de comunicación, como las cercas electrificadas entre Sudáfrica y Mozambique, Botsuana y Zimbabue, Kuwait e Irak y otras tantas. «En este momento hay más de veinte barreras en el mundo y unas cuantas más en proyecto. En el gráfico que publicó la prensa estaban organizados por temas: inmigración, terrorismo, zona en conflicto, disputas territoriales y otros. Empecé a descubrir cosas como que en Padua, Italia, hay un gran barrio completamente rodeado por un muro y lleno de cámaras. La excusa es controlar el tráfico de drogas, pero la realidad es espeluznante: la mayoría de los que viven ahí, en condiciones inhumanas, son inmigrantes sin recursos».

Heridas

No es ésta la primera vez que Rueda trabaja en torno al concepto del muro. En un proyecto anterior expuesto en Arco el año pasado, y titulado «Heridas», ya creó un muro con las cosas cercanas que le hacían daño. Aquella muralla tenía «heridas ecológicas» -la central de Lemoiz-, «heridas del alma -«atentado de Barajas»-, heridas del tiempo... Esta vez, en cambio, las heridas de Rueda son, en principio, menos cercanas. La base son 15 fotografías, unas reales y otras tratadas digitalmente, extraídas de los informativos de televisión o de internet, que la artista ha colocado suspendidas en el aire. «Las imágenes tienen mala resolución, porque me interesaba que estuvieran sucias, que no fueran algo bonito. Para mí, es fundamental que el público participe en la muestra. Esta vez he creado un muro que recorre las paredes del Museo Euskal Herria, un muro roto, inestable, con los ladrillos torcidos, que rodea al público y está salpicado de imágenes».

Una de las imágenes, titulada «Chechenia 2007» es un mosaico de fotografías sobre la guerra en este país, con una mancha roja sobre el centro. Hay otras dedicadas a Irak, en las que se repite la imagen de un niño asomando tras un muro, otras aluden a México, Corea del Norte, Guantánamo, Padua. Son todas muy diferentes, pues la artista ha optado por utilizar diferentes lenguajes: desde el dibujo de un niño irakí, hasta la reproducción de un mapa sobre el que destacan en rojo los fríos datos. La última incorpora imágenes de mujeres y niños maltratados en la pacífica Europa. «A veces me paralizaba, porque me parecía muy frívolo estar trabajando el tema de los muros viviendo cómodamente aquí. Pero la violencia doméstica contra las mujeres, los niños, los ancianos y hasta los toros, me sacudió por su cercanía y acabé incorporando otro capítulo. Empecé queriendo llamar la atención sobre cosas lejanas y acabé en lo más próximo».

FOTOGRAFÍAS

La base son quince fotografías, extraídas de internet y de la televisión, que llaman la atención sobre otros tantos conflictos del mundo. El último mosaico de imágenes alude a la violencia doméstica más cercana.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo