Al menos diez personas -entre ellas cuatro estadounidenses y un italiano- murieron ayer como consecuencia de un atentado kamikaze contra un consejo local del barrio bagdadí de Medina al-Sadr, considerado como el bastión del movimiento al-Sadr. EEUU atribuyó el atentado a «milicianos chiíes radicales financiados por Irán».

«Estos grupos tienen miedo de nuestros progresos», declaró el portavoz del Ejército de EEUU, el teniente coronel John Digiambatista.

El responsable del movimiento al-Sadr en el este de Bagdad, Salam Fraiji, afirmó, por su parte, que el atentado era «una conspiración de los miembros del consejo municipal que trabajan junto a los americanos» y recordó que el atacado es un edificio blindado.