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Ministros de la OMC intentan un acuerdo desde posturas aún alejadas

Un grupo reducido de miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) insistirán mañana en una cumbre ministerial en Ginebra desbloquear las negociaciones que intentan sacar adelante desde hace siete años para liberalizar el comercio. Todavía los subsidios agrícolas de los estados ricos y la protección de sus mercados de los países emergentes alejan las posiciones. La UE afirma que no hará un esfuerzo que no pueda defender ante sus agricultores.

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Una nueva cumbre ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) llevará a cabo el enésimo intento desde 2001 de alcanzar un acuerdo para liberalizar el comercio mundial y culminar con éxito la denominada Ronda de Doha. Hasta ahora, las diferencias entre los países más ricos, que se resisten a eliminar las subvenciones a las exportaciones agrícolas, y los estados «emergentes», que anteponen esa condición antes de abrir sus mercados a los bienes industriales de los ricos, han bloqueado cualquier acuerdo.

A la reunión ministerial que se inicia mañana en Ginebra, llegan muchos problemas por resolver, según el director del grupo negociador de productos industriales, Don Stephenson Los escasos cambios de los últimos textos de agricultura y productos industriales de la Ronda de Doha han hecho seguir las negociaciones hasta el último momento. «Me temo que estaremos negociando hasta el final, hasta la ministerial e incluso durante la reunión», agregó el embajador canadiense.

Stephenson y el presidente del grupo negociador de agricultura, el embajador neocelandés Crawford Falconer, presentaron la tercera revisión de unos textos que escribieron por primera vez hace un año.

Una treintena de ministros de países clave de la OMC se tratará de lograr en Ginebra concluir las modalidades que establecerán el recorte de subsidios y aranceles de importación.

Textos más claros

Ambos diplomáticos destacaron que sus textos son ahora «más limpios, puros y fáciles de entender», por lo que los ministros no tendrán dificultad en tomar decisiones políticas respecto al contenido.

Unas de las novedades del texto de productos industriales es que se ha establecido que se dará un tratamiento especial al Mercado Común del Sur (Mercosur) para que pueda aplicar flexibilidades a la fórmula consensuada de recortes de aranceles.

Para lograrlo se tomará como base el volumen de negocio de Brasil en lugar del de todo el bloque, formado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Asimismo, se dará un tratamiento especial a Venezuela y Bolivia por tener un sistema de importaciones muy concentrado. La propuesta establece que los países desarrollados tendrían unos aranceles máximos de entre el 7% y el 9%, aunque la mayoría de los aranceles de los países en vías de desarrollo no superarían entre el 19% y el 26%, pero pudiendo elegir entre tres opciones.

Stephenson asumió que la tercera revisión del borrador de modalidades de productos industriales «no es un texto de consenso, todavía es el texto del director del grupo».

En las negociaciones preparatorias de la semana pasada, los miembros de la OMC han ido marcando posiciones para la semana próxima, sin acercar posturas. En definitiva, lo mismo que vienen haciendo desde hace años.

Stphenson, que es embajador canadiense ante la OMC destacó la anticoncentración y los temas sectoriales, como algunos de los aspectos pendientes.

El primero se refiere a la petición de los países más ricos de que los países emergentes no utilicen las excepciones al recorte general de tarifas acordado para blindar uno o ciertos sectores de cualquier corte. Los países en vías de desarrollo se oponen a que, una vez aceptadas las excepciones para los emergentes, se les determine cómo y dónde deben aplicarlas y dónde no. «Dejamos claro que esto puede impedir un acuerdo», aseguró el embajador brasileño Roberto Azevedo.

En cuanto a los sectoriales, es la iniciativa por la cual un país liberalizaría totalmente un sector de motu propio. Es una iniciativa voluntaria y que, como recordó Stephenson «no está en el mandato», dejando claro así cuáles son las reglas del juego.

Algunos países ricos están pidiendo que el esfuerzo por aplicar una sectorial se tenga en cuenta en la negociación general, algo a lo que se oponen muchos países emergentes. Azevedo especificó que su país tiene claro que las sectoriales están totalmente separadas de la negociación.

Por su parte, el embajador argentino, Juan Dumont ha mostrado una dura posición al decir que tal como está el texto de modalidades de productos industriales no se puede lograr un acuerdo. «Sin cambios no hay posibilidad de llevar acabo la cumbre ministerial, deberían realizarse cambios sustanciales para que los ministros estén en la posibilidad de progresar», aseguró Dumont.

Un 52,7% de posibilidades

En cambio, Stephenson, opinó que «ambos textos son razonables, que hay espacio para discusión y que el acuerdo se puede lograr». Y bromeando cifró las posibilidades de éxito en un «52,7%», tras el 50% que lanzó hace dos semanas el director general de la OMC, Pascal Lamy.

Para el responsable de la OMC, existe el 50% de probabilidad de que este formato de negociación sea un éxito, aunque reconoció que si fracasa la posibilidad de concluir la Ronda de Doha este año será «menor del 50%». Además, vinculó un acuerdo sobre la liberalización del comercio con «una buena señal» ante la crisis económica mundial.

Con respecto a la agricultura, Falconer aseguró que uno de los temas que aún queda abierto y que se seguirá negociando la semana próxima será el de los productos tropicales.

La propuesta que se mantienes es que los recortes de tarifas para países desarrollados sean de un 50% para los productos que tengan menores aranceles, 20% o menos; y cortes de entre 66% y 73% a los que tengan tarifas por encima del 75%.

Por su parte, los países emergentes deberían aceptar cortes de dos tercios con respecto a los establecidos para los desarrollados, es decir del 33% en las tarifas más bajas (de un 30% o menos) y recortes de entre 44% y 48% para los aranceles más elevados (de un 130% o más elevados). Con respecto a subsidios agrícolas, de aplicarse la propuesta de Falconer la Unión Europea debería reducir sus ayudas entre el 75% y el 85%; Estados Unidos y Japón entre el 66% y el 73%; y el resto de países entre el 50% y el 60%.

Plazos

En caso de llegar a un acuerdo sobre agricultura y productos industriales en julio habría tiempo material para concluir el resto de áreas (más de 20) en el tercer trimestre y lograr un acuerdo dentro del año 2008.

Sin un acuerdo de modalidades en julio será casi imposible acabar este año y por tanto las negociaciones quedarían en un punto muerto sin final predecible, según la mayoría de miembros de la OMC.

Los plazos límite que la OMC se ha ido fijando han ido superándose sin resultados desde 2001 y las cumbres ministeriales han cosechados fracasos en Seattle, Cancún y Hong Kong, lo que ha llevado a intentarlo con reuniones más discretas entre los principales protagonistas. El año pasado todavía se fijaban el inicio de 2008 como muy tarde para alcanzar un acuerdo.

El comisario de Comercio de la UE, Peter Mandelson, ve posible un acuerdo y opinó que un fracaso empeoraría las perspectivas de la economía internacional. «Las posibilidades de que haya un gran avance están mejorando, pero los progresos todavía no están garantizados», explicó. Insistió en que la UE está dispuesta a hacer el esfuerzo que le corresponde en materia de reducción de aranceles y recorte de subvenciones para los productos agrícolas y en el resto de sectores. «Pero no lo haremos a cambio de nada», resaltó.

«Europa no puede aceptar y no aceptará un acuerdo que no pueda defender en casa, ya sea ante nuestros agricultores, nuestra industria o nuestros consumidores», agregó.

Pese a las diferencias entre los estados miembros sobre hasta dónde debe llegar la UE en las negociaciones y los ataques desde el Estado francés, aseguró que existe «unidad» en torno al mandato negociador que se ha dado a la Comisión.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha culpado al comisario de Comercio del «no» irlandés por considerar que sus propuestas significarán una reducción de la producción agrícola en la UE de hasta el 20%, un dato que ha sido desmentido por el Ejecutivo comunitario.

Uno de los principales temas en discusión son los aranceles a las importaciones de plátano en la UE. Mandelson avisó a los países latinoamericanos de que si no aceptan la solución que ha propuesto el director general de la OMC, Pascal Lamy, para poner fin a esta disputa estarán poniendo en riesgo el éxito de la Ronda de Doha. La propuesta de la OMC pasa por recortar los aranceles desde los actuales 176 euros por tonelada hasta 116.

escasas novedades

Los escasos cambios de los textos propuestos de agricultura y productos industriales de la Ronda de Doha han hecho seguir las negociaciones sobre los mismos hasta el último momento y todavía no son textos de consenso.

agricultura

Según la propuesta sobre subsidios a la agricultura, la Unión Europea debería reducir sus ayudas entre el 75% y el 85%; Estados Unidos y Japón lo harían entre el 66% y el 73%; y el resto de países, entre el 50% y el 60%.

excepciones

Las excepciones que se admitirán para mantener aranceles en industria suscitan diferencias. Los ricos no quieren que se utilicen para blindar ciertos sectores y los emergentes no quieren que les digan cómo aplicarlas.

Brasil subraya efectos sobre la inmigración

«La mejor manera de disminuir la inmigración es con un buen resultado en las negociaciones que favorezca a los países en desarrollo en la Ronda de Doha», afirmó el ministro brasileño de Relaciones Exteriores, Celso Amorim. Brasil lidera el grupo de países que exigen a la Unión Europea y Estados Unidos que reduzcan sus subvenciones a la agricultura. «En cuanto ellos bajen más sus subsidios agrícolas y hagan menos reivindicaciones que impliquen sacrificios de empleo en los países pobres, menor va ser el problema de la inmigración», agregó. En su opinión, los flujos migratorios se producen precisamente por la necesidad de los habitantes de los países pobres de buscar mejores condiciones de vida en otros lugares.

Amorim citó entre los subsidios que tienen que ser reducidos el que Estados Unidos concede a sus productores del maíz destinado a la fabricación de etanol, producto del que Brasil es el mayor exportador mundial. «Hay hasta un candidato (a la presidencia de Estados Unidos) que está contra los subsidios», afirmó el ministro.

El canciller dijo ser optimista en torno a la reunión informal de ministros de varios países de la OMC en Ginebra para intentar salvar las negociaciones de la Ronda de Doha. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ya había dicho que el éxito de las negociaciones de la OMC es la mejor alternativa para resolver los problemas de migración que tanto preocupan a los ricos y que llevaron al Parlamento Europeo a aprobar medidas duramente cuestionadas por Brasil. GARA

La UE afirma que no irá más lejos en la negociación agrícola

Los países de la UE han advertido de que ya han cedido lo máximo posible en las negociaciones sobre agricultura dentro de la OMC, por lo que piden un «reequilibrio» para que otros socios cedan y les compensen con la apertura de sus mercados industriales. Los responsables de Comercio de los Veintisiete celebraron el viernes un Consejo especial para preparar la reunión de mañana en Ginebra.

«La UE no irá más lejos de las concesiones que ya ha hecho en agricultura», según ha la secretaria de Estado de Comercio Exterior francesa, Anne-Marie Idrac.

La reunión reflejó una vez más la posición defensiva de la UE, pues dentro de la OMC los países emergentes -liderados por Brasil e India- reclaman que tanto Europa como EEUU y otros ricos reduzcan sus subsidios agrícolas y abran sus mercados. Por el contrario, la Unión Europea pide a los estados emergentes una apertura en los sectores de bienes industriales y de servicios. Por otro lado, la Unión reclamó que EEUU también recorte sus subvenciones agrícolas y exigió una mayor protección para las denominaciones de origen.

El grupo de países tradicionalmente más defensores de la agricultura: Estado español, Portugal, Italia, Grecia o Irlanda repitió sus posiciones, mientras estados como Alemania o Suecia, resaltaron la necesidad de que la negociación de la OMC no sea sólo agricultura. Alemania, la República Checa y Eslovaquia solicitaron una apertura en las exportaciones de automóviles; por su parte, Suecia destacó su interés en la liberalización del comercio de productos forestales y electrónicos. Mandelson recordó que, si no hay acuerdo en Ginebra, se congelarán tanto la agenda de Doha para la apertura de mercados como un calendario en favor de países pobres. GARA

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