CRÓNICA Día del blusa y la neska
Después de un intenso entrenamiento Gasteiz mira con ganas al 4 de agosto
Muchos y muchas gasteiztarras comprobaron ayer que tienen los motores a punto para el inicio de las fiestas de La Blanca. El día del blusa y la neska transcurrió en un inmejorable ambiente otro año más.
Iker BIZKARGUENAGA
El día amaneció al son de los trombones, trompetas -y otros instrumentos de viento seguramente creados expresamente para este día-, bombos y tambores, una inconfundible melodía que no cesó en toda la jornada y que hizo especialmente agradable la tarea de trabajar frente a un ordenador en pleno centro de la ciudad. A primeras horas de la mañana ya había gente que regresaba a casa cargada de ajos, y algunos resoplaban tras chocar un par de veces en el camino con convecinos que ni regresaban a casa ni tenían intención de hacerlo. También se podía ver muchas gafas de sol para un día nublado.
Una de las primeras citas estaba marcada en la plaza de la Virgen Blanca, donde poco después de las diez de la mañana dio comienzo la esperada y siempre mediática carrera de burros. La expectación, una vez más, era enorme, mayor que en cualquier partido del Alavés en la pasada temporada, y la remozada plaza parecía un auténtico coliseo romano. La carrera fue espectacular. Varios jinetes mostraron su habilidad para guiar animales de grandes orejas, y alcanzaron velocidades endiabladas en su camino hacia la victoria. En otros casos, sin embargo, los equinos avanzaban más por los empujones de los acompañantes de los jockeys que por la pericia de estos.
Los burros debían dar cinco vueltas a la plaza, aunque las recién estrenadas fuentes de agua hicieron sudar a más de un blusa, que tuvo que bajar de su montura, recelosa de pasar por encima del agua, para convencerla de que siguiera compitiendo. Fue finalmente el burro «Atxaga», de la cuadrilla Batasuna, la primera en traspasar la línea de meta, y su jinete, Felipe, el que alzó con indisimulado orgullo el trofeo.
Cuando la competición parecía decidida, mucha gente enfiló la cuesta de San Francisco en dirección a Alde Zaharra. Tanto la cuesta como la calle San Francisco y el Portal del Rey se hallaban repletas de puestos de ajos, que congregaron durante la mañana a miles de personas dispuestas a hacer acopio para todo el año. La ristra estaba entre 7,50 y 15 euros de media. Los productores de ajos se mostraban contentos con las ventas.
A mano izquierda, la entrada de La Kutxi, como toda la calle, aparecía barrida por un mar de agua que se había llevado las evidencias de la dura batalla que se había librado allí hasta pocas horas antes. En este punto neurálgico de la capital arabarra, compartían espacio grupo de turistas y sus inseparables guías -«la casa del Cordón es un edificio gótico del siglo XV»- con veteranos de guerra que se lamían las heridas de la noche anterior.
Cuentan que hubo mucho ambiente, y que incluso algunos se atrevieron a bailar sin levantar los brazos. Y aseguran también, ahí es nada, que tres u cuatro jóvenes ligaron, aunque todavía no hay confirmación oficial del asunto.
Homenaje a los presos
En jornadas como la de ayer hay unas cuantas citas ineludibles, y poco antes de la hora de comer tuvo lugar una de ellas. Se trataba del homenaje a los presos políticos que, como todos los años, realizan representantes de las cuadrillas de blusas y neskas. Se celebró a la 13.30 en la plaza de los Fueros, donde antes hubo una exhibición de herri kirolak.
Las fotografías de los represaliados gasteiztarras copaban el escenario instalado en la plaza cuando dio comienzo el acto, en el que el bertsolari Manex Agirre recordó a quienes un año más no pudieron estar con los suyos este 25 de julio que «sin vosotros y vosotras no somos nada». En el acto, en el que también intervino la presidenta de la Comisión de Blusas y Neskas, Iratxe Irigoien, dos representantes de Etxerat dieron las gracias a los blusas y neskas, así como a todos los presentes, por expresar su solidaridad a los prisioneros, y reconocieron que es «difícil» hacer balance de este último año. «Más detenidos, más torturados, más represión» enunciaron, para denunciar la labor del Ejecutivo de Lakua y de la Ertzaintza como soporte de esa estrategia represiva del Gobierno español.
Los familiares recordaron la cruda situación que viven los represaliados enfermos, haciendo una especial mención de Gotzone López de Luzuriaga, y denunciaron las consecuencias de la política de dispersión, recordando la muerte de Natividad Junko, fallecida cuando se disponía a visitar al preso Unai González. Ambos se llevaron una gran salva de aplausos, igual que Iñaki Trujillo, joven ex preso que perdió la vida tras caer cerca de la cima de Anboto.
Concluido el homenaje, la mayoría optó por ir a casa para reponer fuerzas y afrontar con garantías la sesión vespertina. Otros decidieron refugiarse en los bares más cercanos o subir al Casco Viejo, y algunos se acercaron a la feria agrícola y ganadera, en la que se repartieron tres mil raciones de vaca tirreña. Más de doscientos animales estuvieron expuestos en la feria, a la que se acercaron unas 30.000 personas durante todo el día.
Después de comer, las calles del centro de Gasteiz no estaban tan saturadas como a media mañana, pero el ambiente no decayó en todo el día.
Por la tarde, las cuadrillas de blusas y neskas hicieron el paseíllo de ida a la plaza de toros, y muchos y muchas unieron la parranda de la noche del jueves con la del viernes.
No importa, aún quedan diez días para el inicio de las fiestas de La Blanca, tiempo de sobra para recuperarse, y ha quedado demostrado que los y las gasteiztarras están en forma. Ahora sólo falta que baje Celedón.
Uno de los primeros puntos de encuentro en la jornada festiva de ayer fue en el céntrico cementerio de Santa Isabel, donde decenas de blusas y de neskas rindieron un homenaje a los compañeros de cuadrilla que han fallecido.
Muchos gasteiztarras lucieron al hombro gruesas ristras de ajo que pudieron adquirir en los tradicionales puestos situados en la Cuesta de San Francisco, la calle de San Francisco y la calle Portal del Rey. La ristra costaba entre 7,50 y 15 euros.
Durante todo el día el centro de Gasteiz estuvo lleno de vendedores de globos, que hicieron las delicias de los más pequeños. Muchos de ellos, sin embargo, se llevaron un gran berrinche cuando por despiste sus volátiles juguetes subieron al cielo.
En el homenaje a los presos se reconoció también la labor de los imputados en el sumario 33/01, «solidarios y solidarias del movimiento pro amnistía que han sido juzgado en Madrid y cuyo delito es el haber estado siempre a nuestro lado».