El Partido Laborista de Gordon Brown ha sufrido una de las más dolorosas derrotas electorales de los últimos años, al perder uno de sus feudos, Glasgow Este, a manos del SNP, el partido independentista escocés de Alex Salmond. Los analistas estiman que esta derrota es una muestra más de la creciente debilidad y pérdida de credibilidad del primer ministro británico.

«Es una victoria heroica, cuyos efectos se van a notar hasta en Downing Street», la residencia oficial del primer ministro británico, destacó John Mason, el candidato del SNP que se impuso en Glasgow Este.

«La victoria del SNP no es simplemente un terremoto político, ya que va más allá de la escala de Richter», añadió Mason.

El recuento que exigió el Partido Laborista no cambió las cosas: los independentistas obtuvieron 11.277 votos, superando por 365 papeletas a la candidata laborista, Margaret Curran. En las anteriores elecciones legislativas en Glasgow Este, los laboristas vencieron con una diferencia de 13.507 votos.

El líder del Partido Conservador, David Cameron, declaró a la prensa que «evidentemente, se trata de un resultado verdaderamente horroroso para el Partido Laboristas y para Gordon Brown».

«Lo que me pregunto es si podemos realmente soportar esta situación durante 18 meses más. Pienso que el primer ministro debería irse de vacaciones y que después tendríamos que tener elecciones», añadió Cameron.

Las próximas elecciones legislativas británicas se celebrarán, como muy tarde, en 2010.

Brown descartó rotundamente la posibilidad de convocar elecciones anticipadas durante una visita a Coventry. «Estoy preparado para seguir trabajando», señaló.