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A Santiago hemos de ir

«Peregrinos»

Lejano ya el gran éxito internacional conseguido con «Tres solteros y un biberón», la realizadora Coline Serreau se mantiene fiel al talismán del trío protagónico, en esta ocasión con tres hermanos mal avenidos que recorren juntos el Camino de Santiago.

Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

Está visto que el verano es para los estrenos tardíos, porque son muchas las películas que se recuperan de temporadas pasadas. Entre ellas se encuentra la última comedia de Coline Serreau, la misma realizadora que triunfara en el género a mediados de los 80 con «Tres solteros y un biberón». Aunque, con posterioridad, no haya hecho títulos tan comerciales, cabe entresacar de su filmografía «Mamá, hay un hombre blanco en tu cama», «La crisis» o «Caos». A la lista hay que añadir «Peregrinos», una divertida sátira sobre los inescrutables caminos de la fe. La idea argumental parte del conocido dicho de que quienes recorren el Camino de Santiago experimentan un cambio interior, máxime cuando los peregrinos en cuestión son unos completos descreídos que se ponen en marcha guiados por un interés materialista. Jean-Pierre Darroussin, Muriel Robin y Artus de Penguern son tres hermanos que no se hablan, pero que han de reunirse para asistir a la lectura del testamento de su madre. Para tener acceso a la herencia familiar habrán de cumplir con una condición, consistente en hacer el Camino de Santiago, así que no tendrán otro remedio que olvidar sus diferencias dentro de lo posible y peregrinar en santa hermandad. La irónica última voluntad pondrá a prueba su egoísmo, en un desafío de convivencia que jamás habrían imaginado.

En su itinerario entre Puy-en-Velay y Santiago de Compostela, atravesando Euskal Herria, se les unirán otros seis peregrinos más. Por extraño que parezca dos de ellos son magrebíes, aunque nadie se crea su conversión al cristianismo. Un joven inmigrante ha engañado a su primo, diciéndole que parten hacia la Meca como buenos musulmanes, pero, en realidad, sigue los pasos de una chica de la que se ha enamorado. Por unas u otras razones, los integrantes del grupo emprenden ruta alentados por motivaciones que de religiosas no tienen nada. La verdadera magia del camino se encuentra en la condición de viaje iniciático que posee cualquier película de carretera que se precie, también en su versión rural y ecológica, al tratarse de vías verdes que se recorren a pie, con el consiguiente paseo por la historia y la cultura del románico. Una oportunidad, que ni pintada, para sacar a relucir las contradicciones de la sociedad moderna y su progresiva desnaturalización.

Estreno

Título original: «Saint-Jacques... La Mecque».

Dirección y guión: Coline Serreau.

Producción: Charles Gassot y Jacques Hinstin.

Fotografía: Jean-François Robin.

Intérpretes: Jean-Pierre Darroussin, Muriel Robin, Artus de Penguern, Marie Bunel, Nicolas Cazalé, Aymen Saïdi,ascal Légitimus, Marie Kremer, Flore Wannier-Moreau.

País: Estado francés, 2005.

Duración: 110 minutos.

Género: Comedia.

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