La bossa nova celebra su medio siglo de vida con el «superviviente» Joao Gilberto
GARA | RIO DE JANEIRO
La bossa nova, que debe su fama mundial a la canción «Garota de Ipanema», celebrará su cincuenta «cumpleaños» con los conciertos que ofrecerá Joao Gilberto, uno de los pioneros de este estilo musical intimista y típicamente brasileño. Las entradas para los tres conciertos, que el cantante de 77 años de edad dará en Sao Paulo y en Río de Janeiro en el curso de los días próximos, se agotaron en menos de una hora.
Joao Gilberto es el único de la llamada «santa trinidad» de la bossa nova que todavía queda con vida, desaparecidos ya el compositor y pianista Tom Jobim y el poeta y diplomático Vinicius de Moraes. En agosto de 1958, su voz susurrante y melancólica y su modo singular de tocar la guitarra conquistaron al país con el álbum titulado «Chega de Saudade», donde interpretaba canciones de Jobim y Moraes e «inventaban» la bossa nova. Un estilo que consiste en el mestizaje de la samba tradicional, fuertemente influida por el jazz, con una construcción armónica inspirada de música clásica. Intimista, buscaba romper con la música popular tradicional, principalmente con las sambas de tipo carnaval o los bolero, tan del gusto de la clase media. Nadie exactamente sabe de donde le viene su nombre. Hace medio siglo, cuando Brasil empezaba su desarrollo y construía su nueva capital en Brasilia, se utilizaba la expresión «bossa» para todo lo que era nuevo. Hoy en día es famosa, aunque no en Brasil. El cantante Carlos Lyra, uno de los pioneros del género, dice que «si me preguntan dónde se puede escuchar bossa nova en Río, les diré que en ningún sitio. Esta música es más popular en Japón o en Europa que en Brasil».