Como el buque del Holandés Errante, la nave del PS parece condenada a vagar eternamente en el océano de la oposición. Desde el carismático François Mitterrand sólo la derecha ha sabido leer el mapa electoral que da las claves para arribar a la presidencia de la República. Y salvo en el periodo en el que Lionel Jospin estuvo al frente del Gobierno, los de la rosa han demostrado ser unos negados en el manejo de la de los vientos.

Tras haber superado un motín encabezado por su ex -que acabó como con la quilla embarrancada en el arenal electoral-, el piloto Hollande abandona el puente de mando, que no el barco. Los filos han comenzado a centellear, y entre ellos el de la navaja de su ex, que no renuncia a gobernar la nave socialista a pesar de su fracaso en las urnas. Cree Ségolène Royal que será capaz, esta vez, de enderezar el rumbo del barco si se hace cargo personalmente del timón.

Martine Aubry, ministra de la época de Jospin, ha dicho que hace falta savia nueva. Mucho decir para una mujer cuyo apellido de soltera es Delors, hija de quien ha manejado los hilos del socialismo francés y cuyo mentor, Dominique Strauss-Kahn, es ahora el patrón del Fondo Monetario Internacional, institución cuyo proceder poco tiene que ver con los idearios de izquierda.

Luego está Bertrand Delanoë, alcalde de París, que sin grandes alardes mediáticos ha demostrado no sólo ser capaz de arrastrar grandes mayorías, sino también de concitar el apoyo de la izquierda que el PS dice extrema, y que sólo es eso, izquierda. Según los sondeos, es el único que podría hacer frente a Sarkozy en unas hipotéticas elecciones, pero como las ambiciones suelen superar a los intereses colectivos, su ascenso a la secretaría general del PS es una incertidumbre.

Y queda un cuarto en liza: François Hollande. Hablando de ambiciones, el secretario general saliente parece preparar en realidad su candidatura a las presidenciales de 2012, que eso es lo que en realidad se va a jugar en el PS en los próximos meses. Las coordenadas son claras: 48º 87' Norte, 2º 31' Este, el Palacio del Elíseo, pero la nave socialista, que ladea desde hace tiempo a estribor, lleva años sin capitán y sin visos de tenerlo pronto.