El polvorín del Cáucaso
La UE congela el diálogo con Rusia sobre un nuevo pacto de asociación
La UE decidió aplazar las conversaciones para negociar un nuevo pacto de cooperación estratégica con Rusia hasta que no retire las tropas de Georgia. La canciller alemana, Angela Merkel, matizó que se trata de un aplazamiento, no de una suspensión definitiva. Aunque en tono duro los Veintisiete condenaron «la reacción desproporcionada» de Moscú, dejaron la puerta abierta a la diplomacia. Nicolas Sarkozy insistió en que la declaración de ayer no va contra Rusia.
GARA | BRUSELAS
Reunidos en una cumbre extraordinaria, los Veintisiete acordaron por unanimidad congelar las negociaciones con Rusia para la aprobación de un nuevo acuerdo de cooperación estratégica. La condición para reanudar las conversaciones, previstas inicialmente para los días 15 y 16 en Bruselas, es que Moscú retire inmediatamente sus tropas de Georgia a las posiciones anteriores al inicio del conflicto armado, el 7 de agosto.
Este nuevo pacto bilateral tiene por objeto reforzar los vínculos entre la Unión Europea y Rusia, ya unidas por un acuerdo de asociación firmado en 1997, particularmente, en el ámbito energético, en el que se reconocen «interdependientes». La canciller alemana, Angela Merkel, se apresuró a matizar que se trata de un aplazamiento temporal.
«Esperamos una aplicación completa del plan de seis puntos negociado por la Presidencia francesa de turno de la UE, por lo que aplazamos, no suspendemos, nuevas reuniones de cara a ese acuerdo y las reanudaremos cuando se aplique el plan», explicó al finalizar la cumbre.
Bruselas, «vigilante».
En ella acordaron también estudiar «atentamente y en profundidad» las diferentes dimensiones de su relación con Rusia, de aquí a la reunión bilateral convocada para el 14 de noviembre en Niza. En ese intervalo, Bruselas permanecerá «vigilante». «Todos los elementos de la relación serán sopesados cuidadosamente», advirtió Merkel.
En su declaración final, los Veintisiete instaron a Moscú a comportarse de «forma responsable, fiel al conjunto de sus compromisos» y expresaron su convencimiento de que «no le interesa aislarse de Europa».
En un lenguaje más duro, condenaron «la reacción desproporcionada» de Rusia en respuesta a los bombardeos iniciados por Georgia y calificaron de «inaceptable» el reconocimiento de la independencia de Osetia del Sur y Abjasia.
«La solución del conflicto debe basarse en la independencia: la integridad territorial de Georgia y no en la política de hechos consumados», subrayó el presidente de turno de la UE, el francés, Nicolas Sarkozy.
Sobre el transcurso de la cumbre, afirmó que «el consenso había sido relativamente fácil de obtener». Rebajando un poco el duro tono de la declaración final, incidió en la necesidad de «dar una oportunidad a la diplomacia el 8 de setiembre».
Ese día, viajará a Moscú y Tibilissi en compañía del jefe de la diplomacia de la UE, Javier Solana, y del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.
«Somos conscientes en Europa de nuestra responsabilidad en el mantenimiento del diálogo con nuestros vecinos rusos», insistió Sarkozy.
En esa línea, puntualizó que el mensaje lanzado ayer «no es contra Rusia. Pero, debemos decir que ha reaccionado de forma desproporcionada».
«La pregunta -continuó- es `¿Quiere Rusia cooperación o no?' La Unión quiere una cooperación real, pero siempre tiene que haber dos para bailar un tango», comentó. Por ello, aparte de la suspensión de las negociaciones, Sarkozy excluyó la imposición de sanciones, «por lo menos, en la fase actual».
Para Durao Barroso, la visita del día 8 será el marco idóneo para comprobrar el nivel de aplicación de los seis puntos del acuerdo del alto el fuego alcanzado por la Presidencia francesa con el presidente georgiano y ruso el 12 de agosto».
«Queremos una cooperación moderna con Rusia en interés de ambos. Pero no podemos seguir adelante como si nada hubiera pasado», añadió.
Anunció la convocatoria en un futuro «próximo» de una conferencia de donantes para ayudar a Georgia. «Queremos llegar a establecer una zona de libre comercio con Georgia y facilitar la concesión de visados a los georgianos», manifestó.
Georgia, encantada
El primer ministro de Georgia, Vladímir Gurgenidze, agradeció «la firmeza y unidad» de los líderes de la UE. Dijo que no se siente decepcionado por la no adopción de sanciones. «Ni las pedíamos ni esperábamos. Lo que a nosotros nos importa ahora es la implementación del plan de seis puntos, recuperarnos económicamente y acercarnos a Europa», destacó.
«Me siento motivado por la posición de la UE de reconocer la urgencia de que Rusia cumpla con sus compromisos», sostuvo.
Antes del inicio de la cumbre, el embajador ruso ante la UE, Vladimir Chizov, pidió «sentido común» y consideró sorprendente «la preocupación de Occidente por la integridad territorial de Georgia». «¿Dónde estaban esas voces en el caso de Kosovo?», se preguntó.
Por su parte, el ministro finlandés de Asuntos Exteriores y presidente de turno del Consejo de la OSCE, Alexander Stubb, propuso un nuevo «pacto de estabilidad» para el Cáucaso con el fin de impedir conflictos como los de Georgia y el envío a la zona de una «fuerte presencia internacional».
En su opinión, Rusia «sigue siendo un socio fiable en el terreno económico», por lo que posponer las conversaciones «sería un paso atrás».
Consideró que «se han exagerado las diferencias entre los países de la UE» respecto a cómo responder a Rusia.
«Muy pocos días después de la guerra, hubo una posición unida de todos los ministros de Exteriores de la UE y, muy pocas semanas después, hemos sido capaces de reunir este Consejo Europeo y creo que tenemos un frente común», subrayó.
La Presidencia francesa de turno de la UE resaltó la unidad lograda por los Veintisiete en su respuesta ante el conflicto entre Rusia y Georgia, en especial, en comparación con la división que mostraron respecto a Irak.
Familiares de las víctimas de Beslan han cursado una petición al Tribunal de Estrasburgo para lograr una investigación internacional del asalto a sangre y fuego, hace cuatro años, de la escuela secuestrada por un comando, y que dejó 331 muertos.
Decenas de miles de georgianos, hasta 300.000 en la capital, Tbilissi, salieron a las calles, también en varias capitales europeas, para pedir ayuda internacional frente al enemigo ruso, al que muchos de ellos comparan con los mongoles de Gengis Kan.
Turquía estudia imponer restricciones aduaneras a Rusia como respuesta al bloqueo de miles de camiones turcos en la frontera en represalia por el alineamiento de Ankara con Georgia y el permiso de paso a dos barcos de EEUU con «ayuda».
Reforzada por su victoria en la última guerra caucásica, Rusia insistió ayer en proponer un nuevo sistema de seguridad en Europa que ponga fin «al centralismo de la OTAN» aunque advirtió de que estaría dispuesta a actuar en solitario para defender sus «intereses nacionales».
El ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, recordó en un discurso ante los estudiantes de la Universidad de Relaciones Internacionales de Moscú que «el actual sistema tiene fallos, sobre todo el centralismo de la OTAN, que impide la creación de un verdadero mecanismo universal de seguridad colectiva en el espacio euro-atlántico».
Lavrov retomaba así la propuesta realizada por el presidente ruso, Dimitri Medvedev, en junio pasado en Berlín, donde propuso un nuevo pacto de seguridad en Europa que deje de lado «las estructuras mentales de bloques» heredadas de la Guerra Fría.
Nikolai Petrov, analista de la Fundación Carnegie, constató que «la guerra en Georgia ha mostrado la incapacidad de la OTAN y de la UE para reaccionar rápida y eficazmente frente a las acciones de un país, sea el que sea».
Fiodor Lukianov, redactor en jefe de la revista «Rusia en la Política Mundial» coincidió en esta exigencia y recordó que la OTAN y la OSCE se crearon en otra época, en la Guerra Fría.«En los últimos años, la imagen de Rusia era la de un país agresivo pero débil; de ahí la estupefacción tras la crisis de Georgia. Pero hoy Rusia es más fuerte de lo que muchos pensaban».
GARA
Georgia ha reconocido haber utilizado bombas de fragmentación en su ataque a Osetia del Sur aunque acusa a Rusia de haber hecho lo propio en su contraofensiva. Human Rights Watch denuncia la muerte de 14 civiles por estas bombas.