«Rusia ha dicho `hasta aquí hemos llegado' y ni quiere ni puede ir más allá»
Conocedor de los entresijos de la política internacional del mundo post-soviético y autor de varias obras de referencia sobre Rusia, el profesor de la Universidad Autónoma de Madrid es una de las voces más autorizadas para separar el grano de la paja en la última crisis caucásica.
¿Quién está detrás de esta crisis?
La única explicación posible es que los halcones estadounidenses precisaban de un argumento sólido contra Rusia y, a sabiendas de que la respuesta iba a ser visiblemente desproporcionada, lo han encontrado.
Pero Rusia ha sido la gran vencedora...
No estoy tan seguro. Habrá que aguardar acontecimientos. Ha podido conseguir el control de unos territorios que sin embargo no le sirven para nada a cambio de un escenario cada vez más delicado en sus relaciones externas. Aunque en el corto plazo es la ganadora, en el largo plazo no creo que sea esto lo que objetivamente interese a los objetivos rusos. Concedo que ha puesto firme a Occidente y que con su respuesta ha dicho que «hasta aquí hemos llegado».
¿Puede, por tanto, interpretarse la crisis en clave electoral estadounidense?
Es una de las lecturas legítimas. La crisis le ha venido bien a McCain en la medida en que ha podido utilizar argumentos más sólidos sobre la aparente o real laxitud de Obama.
¿Como valora el reconocimiento de Abjasia y de Osetia del Norte?
Es fuego de artificio. Es una venganza simbólica por lo de Kosovo y no creo que vaya más allá. Tampoco Moscú le da demasiada importancia al reconocimiento internacional. Va más en la clave de aviso a Occidente de que «ya no nos vamos a echar atrás».
¿Y la actitud de la UE?
La UE está atada de pies y manos por dos razones. Primero, por su sumisión a la política estadounidense y, en segundo lugar, por su dependencia energética respecto a Rusia. Pero la dependencia es mutua. Rusia no se puede permitir el lujo de prescindir del mercado de los países de Europa occidental, lo que es un freno a la repetición de escenarios similares.
Pero en Occidente se insiste una y otra vez en la amenaza rusa...
Es una distorsión de la realidad. Hay que tener en cuenta que Rusia es el país más grande y más rico del mundo y no se puede pretender que sea sólo una potencia regional. Se habla del desafío ruso pero se eluden los desafíos, visiblemente más sólidos, de Occidente a Rusia. Ahí está el escudo antimisiles, la ampliación de la OTAN, las bases de EEUU en el Cáucaso y Asia Central, el apoyo a las revoluciones de colores, la decisión de no otorgar un trato comercial digno a Rusia...
No estamos, pues, en las puertas de una nueva Guerra Fría.
Disiento de esa metáfora. En los dos bandos teóricamente enfrentados está instalado el mismo sistema económico, el capitalismo global. Por otro lado, la disparidad entre el bloque que lidera EEUU y Rusia es alarmante.
¿Qué escenario vislumbra en las relaciones internacionales?
Depende fundamentalmente de la política de EEUU. Moscú se ha dado por satisfecho y es muy improbable que mueva pieza en Transdniéster o en Crimea. Hay que prestar mayor atención a una eventual política más agresiva de Washington como elemento modificador del escenario que a lo que Rusia pueda hacer.
Dabid LAZKANOITURBURU