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Ixabel Etxeberria Irakaslea Leire Olza Puñal y Ion Kepa Soltxaga Romeo SOS Racismo-Nafarroa

Cortinas de humo xenófobas

El discurso de Corbacho de culpabilización y rechazo a la población inmigrante, generalizado ya a cualquier trabajador o trabajadora que haya migrado, haya logrado o no regularizarse, es muy peligroso, fomenta la xenofobia generalizada

El ministro Corbacho vuelve a la carga queriendo culpabilizar a la inmigración de la crisis y el paro. El Sr. Corbacho lo único que hace, ante su incapacidad para presentar fórmulas para combatir el paro, es poner a las personas inmigrantes como excusa y chivo expiatorio de problemas que nada tienen que ver con la inmigración. Primero habló de fomentar que volvieran a su país de origen. Ahora habla de cerrar las pocas vías legales de entrada. Habla de castigar a unos pocos trabajadores y trabajadoras, y nada dice de fomentar el empleo. Sus fórmulas xenófobas antiinmigración no son medidas contra la crisis, no tienen eficacia alguna en el empleo, sólo son cortinas de humo, cortinas de humo que alarmantemente promueven el racismo.

El paro, la crisis, la economía, los despidos, las contrataciones, las condiciones laborales, la movilidad laboral, la formación y el reciclaje, vienen marcadas por factores, causas y necesidades muy diferentes de la inmigración. No habrá soluciones si no se buscan en los lugares adecuados. Decir que los puestos de trabajo que cubren unas personas, que no votan, si nos libramos de ellas van a ser cubiertos por otras, que sí votan, es mucho decir. La movilidad laboral geográfica y sectorial no es ni de lejos tan simple.

El señor Corbacho debería saber que sus propuestas, incluso si fuesen aplicables (que difícilmente lo son), en nada afectarán al empleo y la economía (más allá del desastroso efecto de fomentar la economía sumergida haciendo que no haya cotizaciones por empleos que seguirán existiendo). El Sr. Corbacho, como no sabe qué decir o qué proponer, y ante esta situación algo tiene que decir, dice tonterías en lo económico y barbaridades en lo social. El problema es que esas tonterías y barbaridades, con un discurso demagógico muy peligroso, calan en la población .

El discurso de Corbacho de culpabilización y rechazo a la población inmigrante, generalizado ya a cualquier trabajador o trabajadora que haya migrado, haya logrado o no regularizarse, es muy peligroso, fomenta la xenofobia generalizada poniendo a las personas inmigrantes, falsamente, en el ojo del huracán.

La contratación en origen, o el cupo, no funciona, nunca ha funcionado, pues no responde al funcionamiento ni del mercado ni de las personas. Nadie se presenta a un trabajo que no sabe que existe y nadie contrata a alguien que no conoce. A través de la contratación en origen han venido en un año menos de 90.000 personas; otro medio millón ha entrado en su mayoría legalmente pero sin trabajo, luego ha empezado a trabajar y ha visto que no puede regularizarse y queda en la clandestinidad. Los flujos migratorios tienden a autorregularse en función de las oportunidades reales de trabajar y vivir en un lugar, más allá de las leyes o la opinión del ministro. Si hay menos posibilidades de trabajo, vendrán menos, o irán a otro lugar. No dar vías para hacerlo regularizadamente sólo fomenta la economía sumergida, no regula ni los flujos ni la economía. La contratación en origen regula muy poco los flujos de población, pero si se cierra regulará aún menos.

La contratación en origen está siendo en gran medida de hecho prácticamente el único modo en que se pueden regularizar quienes ya viven y trabajan aquí, que regresan a sus países a «arreglar los papeles». Si se cierra esa vía, simplemente seguirán aquí, condenadas a la economía sumergida y la exclusión, fomentando aún más la irregularidad. Quienes sigan viniendo, ante la imposibilidad de encontrar cauces legales para hacerlo normalizadamente, tendrán que hacerlo de peor modo y con mayores riesgos. Y cuanto más escondido esté, menores son las posibilidades de intervención.

De paso, al fomentar la irregularidad y la economía sumergida, al fomentar la existencia de trabajadores y trabajadoras de primera y de segunda, el señor Corbacho reforzaría el caldo de cultivo para la explotación laboral y los abusos, así como la sensación de diferencias y competencia entre trabajadores y trabajadoras, promoviendo el conflicto. Las medidas de limitar la regularidad sólo favorecen a quien quiera aprovecharse de la irregularidad.

Desde SOS Racismo exigimos:

-El cese de discursos que fomentan la xenofobia.

-La adecuación a la realidad y ampliación de las vías para venir regularmente, y para regularizarse quien ya vive y trabaja aquí, como único modo de luchar contra la irregularidad.

-El aumento y mejora de las políticas de protección social y laboral, y de fomento del empleo para todas las personas, sin discriminaciones xenófobas.

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