Maite SOROA
Más sobre los curas
Seguimos hablando de curas. Si ayer le tocó al arzobispo Sebastián, hoy al obispo de San Sebastián. Y es que en la prensa de la derechona fachongona la han tomado con Juan Mari Uriarte. Según «La Razón», «el obispo de San Sebastián es un guía espiritual profundamente equivocado, al menos si lo que pretende es que el Estado de Derecho se imponga al terrorismo, se haga justicia con las víctimas y los etarras paguen por sus crímenes». Suena fuerte, ¿verdad? Y luego le da la vuelta a la tortilla: «Si lo que monseñor persigue es que la democracia se olvide de todo el sufrimiento causado por ETA y que los españoles aceptemos las imposiciones totalitarias del nacionalismo vasco, su apelación de ayer al diálogo y la reconciliación va por buen camino». Se queda ahí la andanada. El editorialista de «La Razón» corona el pastel con una guinda picante: «Una cosa es clara, en terreno de la percepción moral de la realidad, Uriarte se ha desviado de la senda». ¡Toma ya!
La segunda descarga corrió ayer a cargo del editorialista de «Abc», que recordaba que el párroco del municipio guipuzcoano de Lizartza no permite que los escoltas de la alcaldesa del PP, Regina Otaola, entren en la iglesia con sus pistolas. Según el escribiente, «ir con protección a misa -si el escoltado es del PP- rompe la paz de una población bajo el yugo de ETA y en la que sólo los populares -ni el PNV se atrevió- presentaron candidatura». Lo del yugo tiene su gracia si recordamos que con sólo 27 votos Otaola se ha hecho con el ayuntamiento de un pueblo que le repudia. Y sigue el tío dando la matraca: «`Aquí, nada de pistolas', dijo un cura malhumorado el lunes durante la celebración de la misa de la Patrona de un pueblo marcado a sangre y fuego por los pistoleros». Otra memez.
Y para buscarle las cosquillas al asunto, advierte el amanuense que «naturalmente, Ibarretxe puede ir a misa, como ayer en el santuario de Arantzazu, con sus escoltas armados, porque las pistolas de éstos no incomodan al obispo, monseñor Uriarte, quien delante del lendakari dijo que `quien niega el diálogo, cierra el camino a la verdad'. Las pistolas en el País Vasco son un arma de doble filo. O de doble moral». Lo que no queda claro es qué propone el de «Abc».